El rechazo de los panistas a las encuestas adelantadas -que en Los Pinos bautizaron como “consulta indicativa”- fue un mensaje y una confirmación. El mensaje fue para fue Felipe Calderón, a quien el panismo se le rebeló y le dijo no; y la confirmación es que no será fácil que Calderón imponga a su delfín, Ernesto Cordero, porque en el PAN, a diferencia de otros partidos, no siempre se hace lo que el presidente quiere.

 

Eso lo sabe muy bien Felipe Calderón, que ganó la candidatura apelando a esa mentalidad rebelde del panismo para derrotar hace seis años a Vicente Fox y Marta Sahagún, y evitar que impusieran a Santiago Creel. Hoy, un sexenio después, al presidente le tocó ya un primer mensaje del panismo de las cúpulas que le avisa que, si bien su figura pesa en el partido, no necesariamente se hará lo que él decida.

 

Contrario a Fox que no tenía mayor ascendencia ni control sobre el CEN y la estructura del partido, Calderón sí la tiene y la puede hacer valer. Por eso es interesante el mensaje del jueves pasado, cuando la mayoría de los Consejeros que integran la dirigencia nacional del PAN decidieron desechar y no dar curso a la propuesta calderonista de adelantar una “consulta”, que a través de encuestas posicionara a los tres precandidatos a la Presidencia de la República.

 

A pesar de que la mayoría de esos consejeros son incondicionales a Calderón, aun así la propuesta de Los Pinos iba a ser rechazada en una votación, y prefirieron desecharla, en un claro revés al inquilino de Los Pinos.

 

Pero aún con eso, el presidente todavía tiene la fuerza numérica y de control en la estructura de la dirigencia del PAN y podría todavía imponer, si así lo decidiera, a Ernesto Cordero, pero el mensaje del panismo, de las cúpulas y la militancia no pudo ser más claro en este episodio de la fallida “consulta indicativa”: el costo político de imponer una candidatura en el partido gobernante puede ser muy alto para el presidente. O lo que es lo mismo, una votación que huela apenas a intento de imposición presidencial podría fracturar al panismo y desatar, esta vez en toda su expresión, una rebelión azul.

 

NOTAS INDISCRETAS… Tras la forma en que obligó a bajarse a Mario Delgado, al que durante más de un año apoyó en su promoción incluso con recursos públicos, Marcelo Ebrard no deja dudas de quien es su nuevo favorito para la candidatura a jefe de Gobierno del DF. El único problema que tiene Mancera es la reticencia del PT a aceptar su postulación; pero basta con un chasquido de Andrés Manuel López Obrador para que los petistas se disciplinen y lo apoyen ¿Les dará la señal el Peje?.. La competencia por la candidatura del PRI al gobierno de Tabasco está que arde y en la recta final. Con la caída del perredista, Humberto Mayans, que fue vetado por la familia Neme, se desató una auténtica “guerra de guerrillas” entre los grupos priistas. El gobernador apoya a Luis Felipe Graham Zapata, un médico que se mueve con todo el apoyo del aparato estatal; en contraparte está el alcalde de Villahermosa, Jesús Alí de la Torre, a quien acusan de aumentar el gasto en publicidad del municipio hasta en 250 millones de pesos para promocionar su imagen, algo así como el 10% del presupuesto anual del Ayuntamiento. Junto con ellos se mueven otros tres aspirantes que actúan bajo la lógica de “todos contra todos”. La decisión se tiene que tomar en las siguientes horas y si Enrique Peña no pone orden en Tabasco, la confrontación entre los priistas le puede abrir la puerta al PRD, que con Andrés Manuel López Obrador creciendo en el estado, podría fortalecer la candidatura de Arturo Núñez Jiménez… Se baten los dados. Escalera y subimos.

 

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