Unas 250 personas en México han salvado la vida gracias a tratamientos con células madre recolectadas de la sangre del cordón umbilical de recién nacidos. La mayoría de los beneficiados son familiares cercanos del donador, debido a que 99% de la población no tiene células madre almacenadas.

 

Además de tratarse de una técnica relativamente nueva, que se practica desde hace apenas una década, la población considera que contratar el servicio de almacenamiento de estas células es caro.

 

“No es para toda la población, pero alguien que tenga 800 o mil pesos mensuales por un año, tiene acceso a almacenar las células madres”, ya que el costo es de hasta 12 mil pesos por la extracción y congelamiento, explicó Michael Myslabodski, director internacional de franquicias del Banco de Cordón Umbilical.

 

Desde hace 10 años que comenzó su congelamiento estas células han sido utilizadas para el tratamiento de leucemia, linfomas y anemia; síndromes genéticos; la regeneración de tejido cardiaco después de un infarto; parálisis cerebral y tumores cancerígenos, explicó.

 

Sin embargo, las células terminaron no en el cuerpo del niño, sino en familiares o personas cercanas a él. “Muchos de los trasplantes han sido de donaciones a un tercero relacionado. Es decir, alguien donó sus células, pero alguien más las utilizó”, dijo en entrevista.

 

Lo ideal, destacó Myslabodski, es que el usuario sea una persona cercana para evitar rechazos que pueden llevar a la muerte. “El que no sean cercarnos tiene una limitante muy grande y los éxitos en el trasplante son mucho menores, a veces de la mitad. Puede suceder lo que se llama ‘injerto contra huésped’, en el que el cuerpo no recibe el trasplante”, añadió.

 

Hasta el momento, el banco tiene 50 mil muestras de células en su centro de congelación, mientras que en el sector salud hay apenas dos mil 500 muestras que se guardan a 196 grados bajo cero.

 

Myslabodski explicó que el banco recolecta la sangre del cordón umbilical en el momento del parto. Una vez en el laboratorio se separan las células y se almacenan de manera indefinida. Cuando son requeridas, las células se inyectan directamente en el órgano –como en el corazón para la restitución de tejido-, o en el torrente sanguíneo para que comiencen a hacer su labor.

 

La única limitante para guardarlas es que la madre tenga Sida, hepatitis C, brucelosis, mal de Chagas o cualquier padecimiento que se transmita al bebé a través de la sangre. “Desde el primer momento le preguntamos a la madre si puede tener alguna de estas enfermedades, si es así no se le hace el guardado porque no tiene ningún caso”, subrayó.

 

Además de las células hematopoyéticas del cordón umbilical, ya es posible guardar las células mesenquimales ubicadas en los dientes de leche, que se pueden utilizan para tratar enfermedades relacionadas con los huesos, ligamentos, articulaciones y músculos.

 

Michael Mislabodski explicó que los padres que no almacenaron las células en el momento del nacimiento de su hijo pueden llevar los dientes de leche del menor y guardar las muestras, que después podrían utilizarse en el tratamiento de osteoporosis, artritis o diabetes tipo 1.

 

Los padres que contratan el servicio reciben un kit para hacer la recolección del diente en el momento en que se caiga, aunque lo ideal, dijo, es que la pieza se extraiga, ya que cuando se cae pierde mucha pulpa dental.

 

Además, cualquier persona, sin importar la edad, puede acudir para que se le extraiga una muela del juicio y guardarla. La muestra, explicó el director del Banco de Cordón Umbilical, podría utilizarse en el futuro, cuando avance la investigación en este campo. Actualmente, hay dos mil 500 líneas de investigación en el mundo, que estudian nuevas aplicaciones de las células para el tratamiento de diversos padecimientos.