El problema de la basura en Mérida, Yucatán, se salió de control, fallas en la recolección y la saturación del basurero municipal obligaron al ayuntamiento a activar a finales del año pasado un tiradero emergente, pero aún no existe una solución de fondo para la separación y reciclado de los desechos, reconoció el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del estado, Eduardo Batllori Sanpedro.

 

La zona metropolitana de Mérida genera diariamente unas mil 600 toneladas de basura (750 corresponden a la capital), de las cuales 10% se consideran altamente tóxicas, principalmente para los mantos acuíferos, por lo que el municipio necesita no solamente un relleno sanitario más, sino todo un proyecto integral para la disposición de estos desechos tóxicos.

 

Ante la generación de basura, el relleno sanitario municipal llegó a su límite dos años antes de lo previsto, lo que ha generado, según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Estado, la aparición de unos 500 basureros clandestinos a lo largo de carreteras y caminos, lo que temen que pueda afectar al turismo, una de las principales fuentes de ingresos del municipio.

 

El año pasado, disminuyó el número de visitantes extranjeros a la ciudad al pasar de 10 mil 362 a siete mil 878.

 

El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente calificó de “serio” el problema de la disposición final de la basura pues se deben tomar acciones para clausurar estos tiraderos clandestinos.

 

Aunque el ayuntamiento tiene concesionado el servicio de recolección carece de todo un proyecto integral para reciclar y reutilizar los desechos. Desde 2009 se dieron avances para la producción de biogás pero es mínimo el porcentaje de desechos que se utilizan para la generación de energía o para el reciclado.

 

A la fecha son cuatro las concesiones de recolecta de basura en Mérida: Servilimpia, que atiende 54 rutas, 42 unidades y 320 empleados; Pamplona, con 27 rutas, 10 unidades y 64 empleados; Sana, con siete rutas, 10 camiones y 30 empleados, y Corbase, con 10 rutas, cuatro camiones y 20 empleados.

 

La falta de mecanismos para evitar que los desechos contaminen el agua es una de las principales preocupaciones. Los lixiviados de la basura son contaminantes que se filtran hasta llegar a los conductos preferenciales de agua, “razón por la que se necesita clausurar los basureros a cielo abierto en todo el estado”, planteó el funcionario.