Ismail Haneye, uno de los máximos líderes del grupo islamista Hamás, aseguró hoy en Ankara que “la primavera árabe se está transformando en una primavera árabe islamista”, un fenómeno que, opinó, afectará positivamente a la cuestión palestina.

 

Haneye, de visita en Turquía, declaró a la agencia turca Anadolu que la entrada de partidos islamistas en los gobiernos de Túnez, Marruecos y Egipto prueba ese giro de las revoluciones populares registradas en el norte de África.

 
“El problema de Jerusalén es también un problema del Islam. La subida de partidos islamistas tendrá un impacto muy positivo en la cuestión palestina”, dijo Haneye, que ayer se reunió con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.

 
El dirigente de Hamás insistió en que Palestina tendrá un Gobierno de unidad nacional a más tardar en febrero, que guiará el territorio hasta las elecciones del 4 de mayo.

 
“Como se acordó en Egipto, un Gobierno palestino de unidad se formará a finales de enero o en febrero, antes de las elecciones”, señaló.

 
El dirigente de Hamás se refirió así al encuentro que los dirigentes de las dos grandes facciones palestinas, la nacionalista Al Fatah y los islamistas de Hamás, mantuvieron en El Cairo en noviembre para poner fin a su enfrentamiento.

 
En cualquier caso, Haneye rechazó que su formación se haya plegado a la estrategia de Al Fatah y vaya a sentarse a negociar con Israel.

 
“Hamás tiene dos conceptos cruciales. El principal, el territorio histórico de Palestina es el derecho del pueblo palestino y Hamás no tiene derecho a hacer concesiones. En segundo lugar, Hamás no reconoce la administración ocupadora de Israel en ningún territorio palestino”, subrayó Haneye.

 
En sus contactos con Al Fatah, el grupo Hamás, considerado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, no ha mostrado ningún compromiso de reconocer a Israel, uno de los requisitos que la comunidad internacional ha pedido al futuro Gobierno palestino.

 
Haneye visitó hoy el barco “Blue Marmara”, en el que nueve ciudadanos turcos murieron en mayo de 2010 en un asalto del Ejército israelí para evitar que la embarcación rompiera el bloqueo a la zona de Gaza.