Sólo una de 80 internas dio positivo en las últimas pruebas toxicológicas aplicadas en la clínica del Centro de Readaptación Social Femenil de Santa Martha Acatitla, donde siguen el tratamiento contra adicciones, señaló Octavio Espinosa Cabrera.

 

El coordinador general de Atención a Adicciones destacó que las internas reciben un tratamiento integral, como parte del convenio firmado entre la Subsecretaría del Sistema Penitenciario local y el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones en la Ciudad de México (IAPA).

 

Las mujeres “conservan los derechos a los que tienen acceso todos los capitalinos”, por ello el gobierno capitalino les brinda la opción de recuperarse en los mismos centros de readaptación social, con el sistema que sigue en las clínicas Monte Fénix, añadió.

 

De acuerdo con el funcionario local, en ningún momento se descuida la salud de las internas, pues también las atienden especialistas en psicología y psiquiatría, que por lo menos una vez a la semana acuden al reclusorio a dar seguimiento a cada caso.

 

Espinosa Cabrera precisó que para tener acceso al tratamiento es necesario que las internas firmen una carta compromiso con la que autorizan las pruebas que son necesarias durante el tratamiento, que incluye atención médica, farmacológica y psicosocial.

 

Es un proceso en el cual se aleja al individuo del entorno que favorece la dependencia a cualquier tipo de sustancia psicoactiva, abundó.

 

Así, la clínica es un espacio seguro y libre de cualquier vínculo con la adicción, donde las reclusas permanecen aisladas durante tres meses. La terapia consta de tres etapas: tratamiento, rehabilitación y reinserción social, así como el seguimiento con grupos al abandonar la clínica.

 

No obstante, el funcionario comentó que el apoyo de las mismas internas es fundamental para la rehabilitación, pues “la mujer en prisión es abandonada, relegada por la pareja, por los hijos, entonces viven solas”.

 

Al terminar el periodo de recuperación se promueve la paulatina reinserción social, laboral y familiar, a través de la capacitación; al impulsar actividades productivas y remuneradas las mujeres recuperan la confianza en sí mismas, incluso vínculos que habían perdido por las adicciones.(Notimex)