Muy poca gente dimensiona lo que fue para Estados Unidos, y para el mundo en general, la recesión que se presentó en los años 2008 y 2009. Ésta se originó al reventarse la burbuja del negocio inmobiliario en Estados Unidos, lo cual trajo como consecuencia que el sector hipotecario se colapsara y además como producto de la irresponsabilidad de los banqueros comerciales y de inversión, resultó que el monto de las hipotecas otorgadas no sólo fue excesivo, sino que también éstas se dieron a millones de individuos que no contaban con capacidad de pago.

 

Las consecuencias fueron terribles y por eso la crisis 2008/2009 sólo es comparable con la gran depresión sufrida en 1929; baste recordar que en 2009, tan sólo en Estados Unidos se perdieron 8.6 millones de empleos y se tuvo que enfrentar a la quiebra del sistema bancario norteamericano. Debido a la magnitud de esta crisis, el retomar el crecimiento sostenido para Estados Unidos está costando mucho trabajo.

 

La perspectiva económica de la economía mundial, está complicada para lo que resta de este año y el 2012, debido a que la potencia económica más importante del mundo va a crecer a un ritmo muy pequeño (1.5% este año y 2.2% el año entrante); crecimientos que no son suficientes para generar cuando menos 150 mil empleos mensuales, que es el número mágico que se tiene que rebasar para que la tasa de desempleo, actualmente en 9.1%, empiece a disminuir.

 

Dentro de este panorama negativo hay algunas cuestiones positivas: La primera es que el crecimiento, pequeño o moderado, disminuye la posibilidad de caer en una segunda recesión; otra buena noticia es que la inflación subyacente está controlada –1.8% para este año y 2% para el año entrante—lo cual le va a permitir a la Reserva Federal el mantener tasas de interés bajas de aquí hasta el 2013.

 

Dicho lo anterior, no debemos esperar cambios substantivos en el panorama actual ya que el año político al que va a entrar Estados Unidos, seguramente bloqueará cualquier iniciativa que se presente para estimular la economía, simplemente porque los republicanos no estarán dispuestos a ayudar en nada a la actual administración, sin importar si las iniciativas tienen mérito o no.

 

Para terminar con la perspectiva de EU, diría que en relación a sus mercados las noticias no serán tan malas a pesar del entorno económico, primero porque los mercados siempre se anticipan, y si la perspectiva del 2013 es buena, éstos reaccionarán cuando menos seis meses antes; así mismo, en el mundo corporativo se han logrado notables avances en productividad, que les han permitido, a muchas empresas alcanzar las utilidades que habían tenido en el 2007.

 

Como muestra de lo anterior, el análisis al tercer trimestre de las compañías registradas en la Bolsa de NY, mostraron que 71% de ellas tuvieron mejores resultados a los esperados. Otro factor positivo es que los grupos industriales tienen cajas abultadas, lo cual permitirá en su momento, que la inversión privada compense los recortes que seguramente tendrán que venir en la inversión pública, como parte de la solución al problema de su déficit fiscal.

 

Para México la actual atonía en la economía mundial, por supuesto le afecta; sin embargo, no en forma tan profunda como nos sucedía en décadas anteriores. La razón es que la posición financiera de México está en su mejor momento de los últimos 40 años.

 

Nuestro país goza hoy de una estabilidad que no teníamos desde los años 60, acompañada de baja inflación y tasas de interés en mínimos históricos; a pesar de esto, con todo y lo que hemos logrado siendo uno de los países que menos dinero debemos  en el mundo –la deuda pública mexicana, interna y externa, representa 31% del PIB–   lo cual compara favorablemente con lo que sucede en Europa y otros países desarrollados cuyas deudas están de 75 a 120% de su producto interno bruto.

 

México sigue siendo muy vulnerable ante las bajas en el crecimiento de la economía norteamericana; somos muy dependientes de las exportaciones en nuestro desarrollo económico, y por lo tanto si Estados Unidos está débil, por fuerza nuestro sector exportador sufre y nuestras cifras de crecimiento irremediablemente tienen que ir a la baja.

 

La dependencia de nuestro país con el vecino del norte no es tan mala per se, lo que sucede es que la parálisis legislativa que hemos sufrido los últimos 15 años, no ha permitido el fortalecimiento del mercado interno y por eso somos altamente dependientes de nuestras exportaciones.

 

La única forma de consolidar y fortalecer el mercado interno, tan importante, y que necesitamos urgentemente, es llevando a cabo las reformas estructurales que simple y sencillamente no han querido ser aprobadas en los últimos años; se requiere forzosamente de una reforma fiscal integral, de una reforma energética, de una reforma laboral y por supuesto de una reforma política para que tengamos una economía equilibrada con un sector interno fuerte; y un sector externo boyante como el que actualmente tenemos.

 

La perspectiva mundial también se verá afectada porque la solución de la crisis europea va a tomar mucho tiempo, es difícil  que se logren implementar los mecanismos para salir de ella en forma rápida.

 

La problemática europea es compleja porque las medidas a adoptar se tienen que tomar por unanimidad entre las 17 naciones que conforman la unidad monetaria europea, de la misma manera, también hay aspectos de carácter político que obstaculizan el camino ya que en nueve de esas naciones, en los próximos doce meses, habrá elecciones.

 

Como anécdota que dibuja perfectamente la situación, cito a un importante político europeo: “Sabemos perfectamente bien lo que tenemos que hacer para solucionar nuestros problemas, lo que no sabemos es cómo hacer eso y poder reelegirnos”.

 

Algunas buenas noticias que ayudarán al entorno internacional, es que los países emergentes tendrán una contribución positiva a la economía mundial, países como China, India, Brasil, y algunos otros seguirán creciendo a tasas altas. Esto en algo ayudará a compensar lo que no hagan, cuando menos el año entrante, los países desarrollados.

 

En resumen, el 2012 será complejo más no catastrófico, México crecerá 3.7% este año y 3.5% el siguiente. No espero que vayamos a una nueva recesión; lo que sí creo es que debemos tener paciencia para esperar que sea, el 2013, el año donde el mundo se vuelva a encarrilar en la senda del crecimiento.