Con “Las Aventuras de Tintín”, Spielberg nos lleva de regreso a un lugar que ya conocíamos pero que jamás pensamos visitar de nuevo, o al menos no con la misma emoción y entusiasmo; ese lugar es nuestra propia infancia.

 

Tintín es una especie de Indiana Jones primigenio, con igual determinación y astucia, pero despojado delos elementos icónicos que lo volvieron un héroe mítico (el fedora, el látigo, la chamarra). Alimentado siempre por el deseo de encontrar una historia que contar (Tintín es reportero, no arqueólogo), nuestro intrépido personaje no vacilará en vivir las más improbables pero emocionantes aventuras, trasladándose por mar y tierra en barco, tren, helicóptero, tanque de guerra o motocicleta, siempre acompañado de su fiel can mascota Snowy.

 

Las Aventuras de Tintín es, en cierta forma, la mejor película de Indiana Jones desde “The Last Crusade” (la tercera entrega de aquella saga).

 

Creado en 1929 por el ilustrador de origen belga Hergé, Tintín es todo un fenómeno en Europa. La leyenda cuenta que un amigo de Spielberg le hizo notar, luego del estreno de Indiana Jones and The Last Crusade, las grandes similitudes entre su arqueólogo y el Tintín de la historieta.

 

Con un guión aprobado por Hergé mismo antes de su fallecimiento (ocurrido en 1983), Spielberg (director) y Peter Jackson (productor) se adentran por primera vez al mundo de la animación vía el motion capture, la misma técnica con la que James Cameron hizo su afamada Avatar.

 

Al principio no parecía buena idea que un personaje proveniente del mundo 2D se le convirtiera al 3D. No obstante, Spielberg y su equipo dan una cátedra de cómo se hace una animación por computadora. No sólo consigue transformar a Tintín y sus amigos en personajes de tercera dimensión, sino que además aprovecha al máximo las posibilidades que la cámara digital le ofrece. Parece mentira que a estas alturas nadie haya tomado los riesgos ni hubiese explotado creativamente todas las opciones de encuadre, ritmo, corte y secuencia que una cámara virtual le puede dar a una cinta.

 

Y es que Tintín es una cinta que quita el aliento. Desde hace mucho no veíamos secuencias de acción tan emocionantes e inmersivas, la gran mayoría filmada en impresionantes e imposibles planos secuencia. Estamos ante una explosión de ideas, acción y emociones difícil de contener y ante la cual lo más que podemos hacer es abrir bien los ojos, contener el aliento y maravillarnos.

 

Este es, por mucho, la mejor cinta animada en 3D que he visto en lo que lleva este nuevo formato. Spielberg no usa el 3D para distraer al público, es simplemente una herramienta para hacer contrastes y envolver al espectador. El 3D, de hecho, pasa desapercibido, pero si ustedes ven la cinta en 2D notarán la diferencia.

 

Evocando de los viejos seriales dominicales de la televisión norteamericana, (los mismos que alimentaron la imaginación de George Lucas para crear no solo a Indiana sino incluso su saga interplanetaria), Las Aventuras de Tintín es una cinta de acción y aventuras clásica cuya única exigencia con el público es dejarse llevar en un emocionante viaje: el regreso a cuando éramos niños.

 

Las aventuras de Tintín (Dir. Steven Spielberg, 2011)

4 de 5 estrellas

 

Guión: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish, basado en los personajes creados por Hergé.

 

Con (voces y actuación original):Jamie Bell, Andy Serkis, Daniel Craig, Nick Frost, Simon Pegg, entre otros.