El proyecto para la construcción de un nuevo centro penitenciario del Distrito Federal quedó archivado, luego de que la Asamblea Legislativa no aprobó por segundo año consecutivo los recursos necesarios para materializar el proyecto.

 

Autoridades de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del Distrito Federal informaron a 24 HORAS que el presupuesto estimado para una obra de esta magnitud es de mil millones de pesos, que se pretenden, sean financiados en un esquema de inversión que incluya recursos públicos y privados.

 

Sin embargo, el gobierno capitalino no contará para el año que viene con la solvencia económica que le permita impulsar la obra. A esto se suma que desde la iniciativa privada tampoco se ha presentado una propuesta que acredite un presupuesto mínimamente óptimo.

 

La construcción del nuevo centro penitenciario capitalino, que ha intentado ponerse en marcha en distintos momentos durante la última década, obedece a la necesidad de contar con un espacio para reos de alta y muy alta peligrosidad, y reducir además el hacinamiento que se viven en las cárceles capitalinas.

 

El proyecto que ha impulsado la subsecretaria del Sistema Penitenciario, Celina Oseguera Parra, está basado en un modelo colombiano de penales verticales de varios niveles, que además de optimizar el espacio, permite hacer más eficiente el control y vigilancia de la población penitenciaria.

 

El terreno que se eligió para la construcción es uno contiguo al Reclusorio Preventivo Norte en la delegación Gustavo A Madero, donde se pretendían levantar dos torres verticales de por lo menos cuatro niveles cada una, las cuales ocuparían una superficie total de 42 mil metros cuadrados aproximadamente.

 

La capacidad instalada está pensada para un mínimo de mil 600 internos y un máximo de dos mil 500, distribuidos según su grado de peligrosidad, en aproximadamente 480 dormitorios, entre individuales, dobles y triples. Secuestradores, extorsionadores, violadores y homicidas, serían los principales huéspedes del complejo.

 

Entre otras características, la instalación contaría con estacionamiento público y privado, aduanas de personas y vehículos, área de gobierno, torre de vigilancia, barda perimetral, servicios médicos, área para custodios, centro de evaluación y seguimiento, visita familiar e íntima, locutorios, dormitorios, talleres y servicios generales.

 

La seguridad respecto al tránsito, accesos y visita estaría controlada por un sistema computarizado que incluirá verificación biométrica o facial, además de carnets con cinta magnética, dejando de lado los tarjetones de cartón. Tentativamente, se pretendía implementar además un sistema electrónico de apertura y cierre de celdas.

 

El circuito cerrado de monitoreo a través de una red de más de 50 cámaras de video, estaría conectado en su totalidad al Centro de Monitoreo, Cómputo, Inteligencia e Información (C4I4) de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.

 

Cabe señalar que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ya había realizado una revisión inicial al proyecto, y generó algunas observaciones. Se pretendía que el organismo estuviera además al tanto del avance del proceso de edificación.

 

Luego de que la Asamblea Legislativa del DF no aprobó algún presupuesto para el proyecto, el arranque de la obra de este nuevo reclusorio no se materializará durante 2012, y existe el riesgo de que la próxima administración del Gobierno del Distrito Federal deseche totalmente el proyecto.

 

24 HORAS solicitó de manera formal una entrevista para conocer con mayor profundidad los alcances de este penal y las posibilidades de que el plan fuera rescatado; sin embargo, la oficina de la subsecretaria del Sistema Penitenciario canceló de última hora la reunión que ya estaba confirmada.

 

La población penitenciaria actual del Distrito Federal supera los 41 mil internos, lo que representa una sobrepoblación superior al 105% respecto a la capacidad total instalada actualmente, que es de 20 mil internos.