Las nuevas fuentes del crecimiento económico

Reporta la OCDE que la nueva fuente para el crecimiento económico y la productividad de los países que la conforman es la inversión en activos intangibles, tales como software, capital humano y estructuras organizacionales apropiadas. La inversión en estos rubros excede a la inversión física (maquinaria y equipo) en algunos países, como Finlandia, Holanda, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos. Llama la atención la relación que se ha encontrado entre esta inversión en activos intangibles y el crecimiento en la productividad laboral en algunos países, que explica una porción significativa del crecimiento de su productividad multi-factorial (gráfico 1).

 

La nueva geografía del crecimiento

Destaca la OCDE que en los nuevos países emergentes, llamados BRIICS (Brasil, Rusia, India, Indonesia, China y Suráfrica) el comercio de manufacturas de alta tecnología se ha incrementado continuamente en los últimos 20 años y ahora representa 30% de su comercio manufacturero total, comparado con el 25% del área OCDE. La interdependencia global en la producción de bienes y servicios se ha incrementado. Hoy día las compañías exportan varias etapas de producción hacia otros países lo que significa, por ejemplo, que las importaciones de un país pueden contener elementos producidos en su propia economía (gráfico 2). Un ejemplo palpable es el caso de China, que en años recientes ha incrementado sus importaciones (sobre todo desde Europa y Japón) para producir bienes finales que, al ser exportados, hacen que las economías a donde llegan dichos bienes (como por ejemplo Japón) a su vez tengan más elementos de contenido chino en sus exportaciones finales de bienes.

 

Otro aspecto importante en la nueva geografía del crecimiento es la manufactura, que se ha globalizado en los últimos 20 años, ya que en los 90 el G7 (Alemania, Canadá, EU, Francia, Japón, Italia y Reino Unido) contabilizaba 66% del valor agregado manufacturero mundial, mientras que ahora sólo tiene 50%. China ha capturado ahora el rol protagónico en la producción manufacturera que tenía Estados Unidos, mientras que Brasil e India tienen un comportamiento similar al de Corea en esta industria. Dado que la producción manufacturera decayó en la zona OCDE en los últimos 20 años, el sector industrial de los BRIICS se expandió más de 4% en el mismo período.

 

Cambios en la innovación tecnológica

La experiencia de la OCDE muestra que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) es procíclico, es decir, que los países y las empresas invierten más en esta área cuando se está en una fase expansiva del crecimiento económico. Estados Unidos es el líder en la inversión en I+D (US 400 billones), seguido por China (con un tercio del valor de EU) y Japón, mientras que la Unión Europea suma tres cuartos del valor total de EU. Llama la atención que los costos del personal, incluidos los costos de los investigadores, contabilizan la mayor proporción de la inversión en I+D. Esto explica la relación positiva y cercana entre el I+D como porcentaje del PIB y el número de investigadores como porcentaje total del empleo en los países de la OCDE (gráfico 3).

 

En cuanto al financiamiento de la I+D, los países de la OCDE han escogido diferentes vías y herramientas a partir de las cuales interactúan los sectores público y privado, donde se destacan la inversión de las empresas, el soporte directo vía préstamos o becas y el uso de incentivos fiscales como las devoluciones de impuestos. En este último aspecto, es de notar que 26 de los 34 países de la OCDE tienen en marcha esquemas de incentivos fiscales, los hay países que ofrecen apoyos directos (Estados Unidos y Reino Unido) e indirectos (Dinamarca y Portugal).

 

 

El crecimiento que ha tenido Internet en la región como medio de comunicación y soporte de la economía del conocimiento es notable: Mientras que en 2000 habían 72 millones de servidores, esta cifra se incrementó a cerca de 730 millones en 2010. Se destaca la amplia interactividad y la disposición a compartir información y recursos a través de la red, lo cual ha creado hábitos de consumo sobre todo en las redes sociales, donde 50% de los usuarios de los países de la OCDE reportaron actividades en estas redes durante 2010 (gráfico 4).

 

La innovación al día de hoy

Los países de la OCDE presentan un patrón en la innovación tecnológica que refleja las interdependencias que se han dado con la globalización. La producción del conocimiento científico en la zona ha pasado de individuos a grupos, de instituciones simples a múltiples, de un alcance nacional a uno internacional, en donde los investigadores están relacionados sin importar las barreras transnacionales, lo que ha llevado a una mayor especialización científica, que a su vez ha conducido a un incremento en la innovación. La colaboración científica internacional y la aplicación de patentes entre países están correlacionadas positivamente (gráfico 5). La tendencia es que los países pequeños presenten tasas más altas de colaboración científica debido a la necesidad de superar las limitadas oportunidades de colaboración interna y, en algunos casos, para acercarse a los grandes centros internacionales del conocimiento.

 

Ciertas áreas específicas de investigación, como las dedicadas a las tecnologías “limpias”, nutren su innovación de la investigación colaborativa internacional, dado que están basadas en amplias ramas del conocimiento como las ciencias materiales (25%), la química y la física (33% combinadas) y las ciencias de la energía y del ambiente, que contabilizan 10% y 1.7% de las investigaciones respectivamente. Como se puede ver, la gran diversidad de áreas del saber que contribuyen a la investigación en tecnologías “limpias” imposibilita identificar el factor que contribuye en la mayor medida a su innovación.

 

¿Cuáles son los retos futuros para la economía del conocimiento?

Los retos que impone seguir la senda de la economía del conocimiento no son menores. Los efectos positivos del crecimiento económico y tecnológico -como por ejemplo que la expectativa de vida mundial se haya incrementado en 30 años en el último siglo-, tienen sus externalidades negativas, como el incremento en casi el doble de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) lo cual pone en peligro los recursos naturales, base de la actividad económica. En el caso que dicha situación continúe con la tendencia que muestra al día de hoy, profundizaría el problema del alza en el precio de los alimentos y la escasez de agua, condiciones en las cuales se encuentran ya algunos países, sobre todo los de ingreso medio y bajo. Debido a esta situación es que la innovación en el área del medio ambiente será fundamental para la supervivencia futura de la humanidad, temas como las energías renovables, captura y almacenamiento de carbono, emisiones bajas, biología sintética, bioinformática y medicina personalizada serán de vital importancia. La tendencia de la investigación en estos temas se incrementado en los últimos años, sobre todo en energía (gráfico 6). La investigación e innovación en tecnologías más amables con el medio ambiente dependerá de las combinaciones de política pública e incentivos que se establezcan para que éstas se lleven a cabo en el futuro.

 

Lo anterior se circunscribe a los retos sociales que tiene la humanidad por delante. Por un lado está el envejecimiento poblacional. Mientras que en 2008 había 4 personas trabajando por cada retirado en los países de la OCDE, para 2050 se estima que esa tasa sea de 2 a 1. Actualmente hay pocos programas que puedan hacer frente a esta situación que al día de hoy proyecta ya escenarios dramáticos para el mediano y largo plazo. Sin embargo, la OCDE sostiene que existe un rango de oportunidad para desarrollar lo que se llama una “economía de plata” que cree empleos y actividades -en sectores como servicios públicos, salud, ocio, deportes, cultura y turismo- enfocadas en atender a las poblaciones de mayor edad en la sociedad.

 

Las cuestiones de género serán también un reto para el futuro en los países de la OCDE, ya que la mujer está jugando un rol importante en la educación. En la última década y en relación al promedio general de los países de la OCDE hay más mujeres graduadas en el nivel de educación superior que hombres y esto hace que ellas estén tomando un rol importante en la estructura productiva y en el consumo. A pesar de esto, aún persisten diferencias de género en lo que se refiere a la participación en la fuerza laboral, condiciones de empleo y salarios. El reto es que se necesita innovación para desarrollar y difundir tecnología en las áreas donde las mujeres comúnmente se desempeñan y con ello se puedan corregir las brechas salariales aún persistentes y debido a las cuales una mujer con el mismo nivel educativo que un hombre gana en promedio 70% del salario de éste último.

 

 

*Maestro en Políticas Públicas egresado del CIDE. Coordinador del área de investigación y análisis en Contono, Centro de Prospectiva y Debate.

paulo.cantillo@contorno.org.mx

 

Referencias

OECD Science, Technology and Industry Scoreboard 2011. Innovation and growth in knowledge economies, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), 2011.