El 2011 se cerrará como el año más costoso de la historia en términos de pérdidas económicas causadas por desastres naturales y por la mano del hombre, cuyo valor se eleva a 350.000 millones de dólares, según las estimaciones de la reaseguradora Swiss Re.

 

En esas catástrofes al menos 30.000 personas perdieron la vida entre enero y noviembre, la mayoría en Japón.

 

La catástrofe más costosa, con un total estimado de 210.000 millones de dólares, fue el terremoto del pasado marzo en Japón y el tsunami que le siguió, que causaron enormes daños a la propiedad privada, así como a infraestructuras públicas y a la industria nuclear.

 

De esa cifra, aproximadamente 35.000 millones de dólares estaban asegurados.

 

Casi la tercera parte en términos económicos, 12.000 millones de dólares, costó a los seguros el terremoto del 22 de febrero en Nueva Zelanda, cuyos daños totales tuvieron un valor de 15.000 millones de dólares.

 

A pesar de las gigantescas pérdidas económicas provocadas por distintos tipos de catástrofes, este año no será el más costoso para el sector de los seguros, pues muchos de los daños sufridos no estaban asegurados.

 

Por esa razón, 2011 es el segundo más caro en los anales del sector de seguros, que ha tenido que desembolsar (o está en proceso de hacerlo) un total de 108.000 millones de dólares, frente a 48.000 millones de dólares en 2010.

 

Del primer importe, 103.000 millones de dólares corresponden a catástrofes naturales, que este año habrán costado a las compañías de seguros 43.000 millones de dólares.

 

El año más costoso para el sector de los seguros y reaseguros fue 2005, cuando ocurrieron los huracanes Katrina, Vilma y Rita, que dieron lugar a reclamaciones de reembolsos hasta por 100.000 millones de dólares.

 

Ese año se recibieron en total reclamaciones por 123.000 millones de dólares, indicó la firma Swiss Re.

 

Los terremotos fueron el peor tipo de catástrofe en términos humanos y económicos en 2011, pero “la cobertura de seguros de terremotos se mantiene muy baja, incluso en algunos países industrializados con altos riesgos sísmicos como Japón”, explicó el economista jefe de Swiss Re, Kurt Karl.

 

Según la compañía suiza, si Japón hubiese estado tan bien asegurado como otros países ubicados en zonas altamente sísmicas, como Nueva Zelanda, el coste para la industria de seguros hubiese sido mucho más alto.

 

Después de los terremotos en Japón y Nueva Zelanda, las catástrofes más costosas fueron las inundaciones en Tailandia y Austria, y los tornados y tormentas en Estados Unidos.