Ernesto Zedillo, ex presidente de México, observó que hay una “profunda desconexión” entre los pronunciamientos de las tres primeras cumbres del G20 y el proceso posterior.

 

En una conversación con Paul Martin, ex primer ministro de Canadá, auspiciada por The Stanley Foundation, un centro de investigaciones sociales y económicas en Estados Unidos, Zedillo Ponce de León alertó sobre las “voces de frustración” en torno al proceso del FMI.

 

En su boletín mensual, The Stanley Foundation destacó que el G-20 desde un principio ofreció un claro diagnóstico sobre los orígenes de la crisis económica y la receta para evitar que se repita.

 

Pero el proceso del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha generado frustración ante el riesgo de que, al quedar incompleto o “corto” ante las circunstancias, provoque que ciertos poderes económicos se salgan de balance.

 

El ex mandatario mexicano recordó que en la reunión de Londres, el G-20 definió que se debían dar herramientas al FMI para ejercer su autoridad.

 

Posteriormente, en la reunión de Pittsburg, los miembros del grupo lanzaron un marco para un crecimiento fuerte, balanceado y sostenible, e instruyeron a sus ministros a establecer un proceso de mutua revisión.

 

Pero ahí mismo, en Pittsburg, los integrantes del G-20 “mataron el proceso” porque le dieron al Fondo Monetario Internacional un papel secundario, subsidiario, en ese mismo proceso, consideró Zedillo.

 

“Y cuando vemos la historia de lo que ha pasado después de Pittsburg, no podemos sentirnos sino terriblemente decepcionados”, enfatizó.

 

Cuál es el propósito de reunirse, establecer muy claramente una serie de compromisos, si después no se van a honrar, cuestionó el ex mandatario, al que el centro de investigaciones califica como “uno de los más prominentes intelectuales de la globalización”.