Si el PAN intenta terminar “el trabajo” que ellos mismos iniciaron cuando decidieron investigar y exhibir públicamente las irregularidades de Humberto Moreira como gobernador de Coahuila, deberían comenzar por buscar un vocero que tenga calidad moral para denunciar al ex dirigente del PRI. Porque ya lograron los panistas del CEN tirar a Moreira de la presidencia priista, pero cuando es Juan Molinar Horcasitas el que denuncia y cuestiona las faltas del priista, el asunto pierde seriedad.

 

Juan Molinar es el panista menos autorizado, moral y éticamente, para cuestionar a nadie. Primero tendría que explicar él las fallas y desastres que ha dejado a su paso en los distintos cargos públicos que ha ocupado, antes que exigir cuentas a otros. ¿No fue Molinar el director del IMSS que renovó y firmó los permisos de subrogación de la guardería ABC donde murieron calcinados y asfixiados 49 niños por la inexistencia de medidas de seguridad? El mismo Molinar Horcasitas que después, señalado por un dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación como “políticamente responsable” de esa tragedia, cabildeó y presionó a varios ministros para que eliminaran su nombre de aquel fallo.

 

¿No fue la presión directa del presidente Calderón, a través del entonces secretario de Gobernación hacia el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, lo que hizo que otros ministros accedieran a votar en contra y desechar el dictamen histórico que proponía acusar a Molinar y a otros funcionarios como culpables de “responsabilidad política” en la muerte de aquellos niños?

 

Molinar fue el secretario de Comunicaciones en cuya gestión entró en problemas y cerró operaciones Mexicana, la principal aerolínea del país; su pésimo manejo y negociación de un problema que no vio venir ni hizo nada para evitar dejar sin empleo a más de 8 mil 500 sobrecargos, pilotos y trabajadores que hoy siguen en el desamparo ante la inminente quiebra de la empresa. Durante su gestión en la SCT, además de Mexicana cerraron otras 20 aerolíneas más, que representaron el cierre de 15 mil plazas laborales, y en varios de esos casos hubo denuncias de que Molinar actuó por consigna para eliminarle competencia a otras aerolíneas de mayor tamaño.

 

Eso por no mencionar que fue Juan Molinar uno de los consejeros del IFE que partidizaron abiertamente el instituto electoral, pues en su actuación como “consejero ciudadano” defendió abiertamente los intereses del PAN, tanto que no habían pasado ni seis meses de que dejó el IFE, cuando aceptó el cargo de subsecretario de Gobernación en la administración del presidente panista Vicente Fox.

 

Así que seamos serios; el dicho dice que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, y el señor Molinar tiene ambas cosas demasiado largas. Que Humberto Moreira tiene que responder por el excesivo endeudamiento en el que dejó al estado de Coahuila, sobre todo si se falsificaron documentos y se ocultó información a sus gobernados, no hay duda. Pero que quien exige castigo a Moreira sea Molinar, que ha cometido también excesos e irregularidades que tuvieron un alto costo para el país –por no mencionar la vida de niños inocentes–, es francamente cínico. Es como cuando en la calle, el mismo ladrón grita, para despistar y distraer al público: “!Al ladrón, al ladrón¡”.

 

NOTAS INDISCRETAS… Beatriz Paredes se dice dispuesta al sacrificio de volver a hacer campaña en el DF y ya se arremanga el huipil “por que el pueblo me lo pide”. Sólo que a la tlaxcalteca se le olvida un detalle: ¿con qué partido se postularía y haría campaña en la ciudad? Porque lo que queda del PRI DF la última vez que intentaron hacer un consejo terminaron a golpes y con varios dirigentes lesionados en el hospital. Parafraseando a Reyes Heroles, doña Beatriz, “primero el partido y después el candidato” ¿o no?… Tropiezan los dados. Serpiente doble.

 

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