Los mercados de América Latina están ayudando a mantener a flote a las editoriales españolas, que enfrentaron en 2010 un mal año que se ha agudizado en el 2011, dijeron a Efe fuentes del sector.

 

En declaraciones a Efe en el marco de la XXV edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el director comercial de la editorial Siruela, Manuel Gil, reconoció que 2011 cerrará como un pésimo año para el sector del libro en España porque hay “una debacle del comercio interior”.

 

Las caídas en facturación rondarán el 18 %, cuando el pasado año estuvieron entre un 10 % y 12 %.

 

Mientras, el comercio exterior se ha mantenido “medianamente estable” en países como Argentina y Colombia, lo que ha sido positivo para los editores españoles y, en opinión de Gil, representa “un paliativo de una situación muy mala”.

 

En ese contexto los editores se están volcando en América Latina, en fortalecer sus redes de comercialización en estos países aun a riesgo de sufrir problemas de descapitalización, ya que mientras en España se cobra en 90 días, en Latinoamérica se tarda el doble de tiempo en recibir el dinero.

 

Para el editor y fundador de la editorial Anagrama, Jorge Herralde, sin lugar a dudas una buena relación e implantación en América Latina “mejora la calidad de vida” de las editoriales en estos momentos críticos.

 

“El libro, del que se hablaba como ‘valor refugio’, lo ha sido en 2008 y 2009, cuando otros sectores estaban en situación entre mala y crítica (construcción) y en el libro se ha notado muy poco hasta 2010. Ese año y 2011 lo hemos notado absolutamente todos”, sostuvo en entrevista.

 

En el caso de Anagrama “ni hemos reducido el ritmo de publicaciones, que son unos cien títulos al año desde hace quince”, ni se abarató la oferta editorial.

 

“La precaución que hemos tomado ha sido con los tirajes y con las reediciones”, apuntó.

 

La prestigiosa editorial barcelonesa “ha subido” sus ventas en Latinoamérica aunque no tanto como “para compensar este ‘decalage’ (retraso) de las españolas”.

 

Por países, Argentina y México son los líderes y acaparan el 70 % de las ventas de Anagrama, que también ha tenido buenos resultados en 2011 en Chile y Colombia.

 

Un rasgo singular de Anagrama que deja patente su vocación latinoamericana es que todos sus autores en la región son publicados tanto en su país de origen como en España simultáneamente “y, en algunos casos, en tres o cuatro países”.

 

Entre los que han tenido varias ediciones están nombres como el mexicano Juan Villoro, el venezolano Alberto Barrera Tyszka y el chileno Alejandro Zambra.

 

Sobre el asunto el editor de Páginas de Espuma, Juan Casamayor, dijo a Efe que el mayor problema editorial actualmente en España es que “las devoluciones son muy fuertes y las colocaciones (en las librerías) pequeñas”.

 

Además, las ventas de libros a través de internet no son altas, un 3,7% de las totales, y las de libros electrónicos aún no han despegado, pues representan un 2,4%, lo que por el momento no paliará las dificultades de coyuntura.

 

En América, la editorial imprime sus propios libros desde hace tres años en México.

 

Ese país es “el gran punto fuerte”, Ecuador y Colombia, dos mercados consolidados, y Perú, un mercado emergente.

 

Casamayor señaló que Páginas de Espuma en 2011 ha visto crecer mucho sus exportaciones en América Latina donde “va a tener un año muy bueno”, concluye el editor.

 

A futuro, la editorial seguirá apostando por los países latinoamericanos ya que en la región la cultura es vista como “una vía para una mejor vida”, lo que le da prestigio y ha hecho que muchos lectores estén muy interesados en ella. EFE