Esa falsedad auténtica como decía Humberto Eco que llega hasta asustar.

 

Esculturas hiperrealistas que incomodan o seducen, pero que no dejan indiferente al espectador al resaltar los más minuciosos detalles, desde la pigmentación de la piel, los vellos y las expresiones faciales.

 

Son obras que de inmediato crean un vínculo con la realidad. A la deriva, por ejemplo, donde un hombre se broncea al sol sobre un inflable, juguetea con los crucifijos del siglo XVII que cuelgan en lo alto de las iglesias, pero ofreciéndonos una variación contemporánea.

 

Es el trabajo del escultor australiano Ron Mueck que se presenta con inusitado éxito en San Ildefonso. Hiperrealismo de alto impacto muestra piezas elaboradas en técnica mixta con materiales como silicón, fibra de vidrio y acrílico que el artista realizó entre 2000 y 2009; obras que reflejan su dominio de la anatomía y en las que, reduciendo o aumentando la escala, imprime vida a sus creaciones.

 

La exhibición seguirá en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico, DF) hasta febrero del próximo año.