En la nueva película de los Muppets la palabra clave es: nostalgia. Con una ausencia de más de 10 años de las salas de cine y a más de 20 de estar lejos de la televisión, los Muppets regresan (ahora de la mano de la empresa Disney) con el firme propósito de explotar la nostalgia y crear una nueva generación de seguidores.

 

Ya sin Jim Henson (creador de los personajes principales y voz original de René, fallecido en 1990) y con el desdén de Frank Oz (segundo al mando en la serie clásica y voz de Miss Piggy) quien se negó a participar en el proyecto; este nuevo filme (con una trama muy parecida a la de “Los Muppets toman Manhattan”) gira nuevamente, otra vez, en el eterno comeback de este grupo de amigos que, luego de no verse por muchos años, se reúne de nuevo para salvar sus antiguos estudios, mismos que serán derribados por un magnate petrolero en busca de un yacimiento justo debajo de aquella propiedad.

 

La cinta nos presenta a Walter, un nuevo muppet con problemas de personalidad (¿soy muppet o ser humano?) que es gran fan de los Muppets desde que los vio por primera vez en televisión. Walter, junto con su hermano Gary (Jason Segel) visitan el viejo estudio de los Muppets y es ahí donde se enteran del diabólico plan, por lo que buscan a la rana René y su pandilla para advertirles.

 

La única manera de salvar el estudio es montar un espectáculo (obviamente), por lo que la banda se reunirá -luego de tanto tiempo- para que una vez más suba la cortina roja, suene la música y empiece el show.

 

Todo lo que se pudiera esperar de una película de los Muppets está aquí (humor, cameos de actores famosos, canciones), pero al final la experiencia no es tan divertida, o al menos no como uno esperaba.

 

La cinta se siente por momentos encadenada por esa necesidad de ser nostálgica (todos los números musicales, sobre todo aquel de la Rana René tocando su banjo), y la obligación de ser divertida (esa genial versión a la famosa canción de Cee Lo Green, “Fuck you”, cantado por gallinas). Pero incluso en el humor nos queda debiendo, por momentos la película es más cercana a “Plaza Sésamo” que al clásico humor sarcástico auto paródico de los Muppets de la televisión.

 

La cosa se pone peor en la versión doblada al español. ¿Quién fue el genio que tomo la decisión de usar los nombres en inglés de los personajes? Adiós rana René, ahora se llama Kermit, y cuidado con decir “mopets”, se dice “maaapets”, ¡rediez!

 

A pesar de algunas secuencias bien logradas (el teletón), la nostalgia termina ahogando los pequeños brotes de auténtico humor.

 

En Estados Unidos la crítica en general se ha desbordado en elogios a la cinta, nublados todos por los buenos recuerdos. Pero de este lado del río lo que abunda es la extrañeza, se les olvidó que la mayoría de los jóvenes de esta generación conoció a los personajes por la caricatura de los Muppets Babies, allá por los lejanos ochenta, una bonita época donde Kermit aún se llamaba René. Y no importando la necedad de algunos ejecutivos, para nosotros la rana siempre se llamará René.

 

The Muppets (Dir. James Bobbin)

2 de 5 estrellas.

Guión: Jason Segel y Nicholas Stoller con los personajes creados por Jim Henson, Fotografía: Don Burgess, Con: Jason segel, Amy Adams, entre otros.