La Comisión Federal de Electricidad (CFE) incrementó su endeudamiento casi 94% desde diciembre de 2006 al 30 de septiembre de este año, y se espera que en los próximos años su deuda mantenga una tendencia de crecimiento al cumplírsele una serie de pagos por préstamos para proyectos de infraestructura.
De acuerdo con datos de la Composición de Deuda de la Dirección de Finanzas de la paraestatal, al arranque de sexenio del presidente Felipe Calderón, la deuda era de 7 mil 406 millones de dólares, pero tuvo un abrupto avance hasta alcanzar los 14 mil 355 millones de dólares en septiembre de 2011.
Del total del endeudamiento de la compañía corresponden 60% a deuda documentada y otro 40% pertenecen a Pidiregas o (deuda derivada de Proyectos de Infraestructura Productiva de Largo Plazo).
La paraestatal señala que aún para el último trimestre del año tendrán un endeudamiento de por lo menos otros 740 millones de dólares.
Además, el documento de la empresa pública proyecta que acumulará compromisos para 2012, 2013, 2014, 2015 y otros años por más de 13 mil 615 millones de dólares.
En ese sentido, José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, afirma que por varios años “se puso debajo de la alfombra deuda” de la CFE.
Muchos de sus proyectos construidos a través de Pidiregas no han sido exitosos, por lo cual ahora se ha convertido en endeudamiento que continuará en un ascenso en los próximos años, afirma.
En 1997, el gobierno de federal comenzó a usar recursos económicos de los Pidiregas para edificar infraestructura eléctrica en la CFE, y energética en Petróleos Mexicanos (Pemex), pero en ese momento se dijo que no provocaría deuda, porque habría éxito en todo lo construido, recuerda el economista.
El investigador asegura que la estrategia de generar desarrollo de la paraestatal con un financiamiento privado está provocando que sus pasivos se incrementen, así como no se han alcanzado los resultados planeados para cada proyecto emprendido por la CFE.
Ahora, el sector público y los contribuyentes son quienes terminarán pagando los recursos de financiamientos usados por varias empresas públicas, ya que no tienen los rendimientos de esos proyectos ni pueden autofinanciarse, enfatiza.
Alejandro Villagómez Amezcua, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), afirmó que obtener financiamiento para las empresas públicas y privadas es una estrategia óptima, aunque el caso de las paraestatales es importante que cuente con mecanismos de transparencia para saber a dónde se va el gasto de inversión. Muchas compañías públicas en el territorio nacional apalancan con préstamos sus proyectos de inversión, toda vez que cada año cuando recibieron los recursos por parte de la federación los destinan al pago de gasto corriente y empleados, explica el economista.
El esquema de Pidiregas es una deuda que ya no sigue en hoja de balance, sin embargo fueron utilizados en la década de los 90 para apuntalar el gasto de inversión de varias empresas pública en México, menciona.
Villagómez Amezcua añade que siempre ha estado en discusión sobre si es bueno que una paraestatal use financiamiento para la creación de infraestructura. Pero es necesario, porque gran parte de su servicio eléctrico es subsidiado para los consumidores y no pagan el costo real.