El escandaloso endeudamiento al que sometió el gobernador con licencia Humberto Moreira al estado de Coahuila, solo es comparado con la grave situación que ahora vive Grecia y que ha puesto en jaque a la zona Euro.

 

Dos mundos geográficos distantes, pero con grandes similitudes en el manejo irresponsable del dinero público que encuentra en la escasa transparencia y en la impunidad a sus mejores aliados.

 

Pero en economía los años de juerga cobran factura más pronto de lo que se piensa. Difícilmente se burla la máxima de ‘gasta lo que tienes y no despilfarres lo que conseguiste a crédito’ sin que se paguen las consecuencias.

 

Hay que recordar que los griegos, que ahora se debaten en la bancarrota fiscal, asumieron irresponsablemente enormes endeudamientos para organizar los Juegos Olímpicos de 2004 que les costaron 11 mil millones de dólares, el doble de lo presupuestado originalmente, además de los elevados costos por seguridad que se calculan superaron los mil 500 millones de dólares. Gran parte de estas erogaciones se hicieron con cargo a la deuda pública financiadas por los tributos presentes y futuros de los contribuyentes griegos.

 

Pero esta es una gota en el océano de la bancarrota griega. Una sucesión de decisiones fiscales irresponsables, junto al ‘maquillaje’ de las cifras oficiales para ocultar su verdadera situación ante los mercados y las autoridades monetarias europeas, fueron las verdaderas razones de por qué reventaron las finanzas públicas, secando la liquidez en las arcas del gobierno, inflando una deuda que alcanza el 160% del PIB y dejando al rescate financiero externo o al impago, como las únicas opciones posibles.

 

Pero los griegos no fueron los únicos. En México, el gobernador con licencia Humberto Moreira fue su principal alumno durante su mandato en Coahuila.

 

Una historia paralela ‘a la mexicana’: Un estado que se endeudó rápida e irresponsablemente –el crecimiento de la deuda supera por mucho su capacidad de pago de allí que las calificadoras decidieron deteriorar su calidad crediticia aumentando su nivel de riesgo- y para ello ocultaron las verdaderas cifras del endeudamiento (en realidad eran 4 veces mayores a las reportadas públicamente), incluso falsificando documentos oficiales con el objetivo de obtener nuevos financiamientos bancarios para enfrentar el servicio de la ya abultada deuda. Así lo documentó el 18 de agosto pasado la calificadora Standard & Poor’s al anunciar la segunda reducción en el año de la calificación de deuda de Coahuila.

 

El enorme endeudamiento impulsado por el gobierno de Coahuila tuvo la misma lógica que el endeudamiento griego: lo pagarán los contribuyentes con sus tributos presentes y futuros. Allá –en Grecia- lo pagarían los contribuyentes alemanes, franceses o españoles, además de los griegos con la pérdida de sus empleos o la reducción de sus salarios y de sus beneficios sociales por años.

 

Aquí, estas irresponsabilidades que han puesto a las finanzas de Coahuila contra la pared lo pagaremos todos los contribuyentes del país a través de las participaciones que le entrega la Federación, pero también lo pagarán los ciudadanos del estado a través de mayores tributos y menores servicios locales.

 

Los políticos griegos y Papandreu enfrentarán graves consecuencias. ¿Y Moreira?

 

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