El pasado 20 de septiembre se presentó en nuestro país el Reporte de Libertad Económica para México 2011, dicho reporte se desprende del estudio elaborado anualmente por el Instituto Fraser: Índice de Libertad Económica Mundial: Informe Anual 2011.

 

El mencionado índice pretende medir el nivel de libertad económica del que gozan los países en el mundo, es decir, la capacidad que tienen de construir una economía productiva basada en “la elección personal, el intercambio voluntario, la libertad de competencia, además del respeto a la los derechos de propiedad bien definidos”. Si bien estos son los ejes determinantes del concepto de libertad económica, el índice a nivel mundial se compone a partir de la medición de cinco grandes áreas: 1) Tamaño del gobierno: gasto, impuestos y empresas; 2) Estructura jurídica y garantía de los derechos de propiedad; 3) Acceso a una moneda sana; 4) Libertad de comercio internacional y, finalmente, 5) Regulación crediticia, laboral y de la empresa.

 

En 2011 el puntaje promedio del Índice de Libertad Económica mejoró gracias a las reformas y la solidez fiscal que mostraron las diferentes economías en el mundo después de una fuerte recaída dada la recesión global. El promedio global de este año fue de 59,7 mostrando un avance con respecto al año anterior de 0,3 puntos. Sin embargo, aún por debajo del promedio global alcanzado en 2008 que en ese entonces fue de 60,2. Si bien la crisis económica afectó el avance de la economía global hacia una mayor libertad económica, el índice muestra una importante recuperación. Entre los países que se destacan por tener una mayor libertad económica están Hong Kong (89,7), Singapur (87,2), Australia (82,5), Nueva Zelanda (82,3) y Suiza (81,9). Todos estos países, incluyendo Canadá en un sexto lugar con 80,8, son considerados por el índice como libres.

 

Los países con una puntuación de 70 a 79,9 son considerados mayormente libres, de 60 a 69,9 moderadamente libres, de 50 a 59,99 son considerados economías mayormente controladas y, finalmente, las economías reprimidas con la puntuación más baja de 0-49,9.

 

México, desafortunadamente, no fue parte del avance. Nuestro país se posiciona en el número 48 con un puntaje de 67, 8, a diferencia del 2010 cuando se encontraba en el número 41 con un puntaje de 70,3. Si bien la posición de México no es alarmante, dado que se encuentra entre los países “moderadamente libres”, está lejos aún de ciertos países latinoamericanos como Chile (77,4) y Uruguay (70,0), y más cercano a países como El Salvador (68,8), Perú (68,6) y Colombia (68,8) que aún así obtuvieron mejor puntaje.

 

El retroceso que ha tenido México en su ámbito de libertad económica es un reflejo de la falta de productividad que ha tenido el país, en palabras de Everardo Elizondo: “México no crece por la presencia de una estructura institucional inadecuada, que impone altos costos de transacción a los agentes económicos y les impide realizar en plenitud su potencial productivo”. En el Reporte de libertad económica para México 2011, Luis Rubio y Sergio Sarmiento, analizan la forma en la que normalmente la libertad económica está vinculada con una mayor prosperidad y la manera en que ésta comienza con la capacidad de innovación individual que estimula la economía a partir de la libertad que se le puede garantizar a un ciudadano. Son muchos los factores que contribuyen a esta falta de productividad económica en México: una fuerte desigualdad social, una debilidad del marco institucional, la falta de garantías jurídicas, la inefectiva planeación e implementación de políticas públicas que afectan la distribución del ingreso, así como los subsidios generalizados o la inversión en infraestructura, cuando estos resultan regresivos.