WASHINGTON. Estados Unidos evalúa la Iniciativa Mérida para garantizar que las autoridades mexicanas estén en la mejor capacidad de enfrentar amenazas como el presunto complot iraní, desmantelado esta semana, para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos.

 

El subsecretario de Estado para el narcotráfico internacional William Brownfield, durante una audiencia del comité de relaciones exteriores sobre las amenazas emergentes de seguridad en el hemisferio occidental, comentó que “estamos evaluando la naturaleza del programa, las organizaciones e instituciones con las que trabajamos, para asegurarnos de que sean más capaces para manejar amenazas de este tipo en el futuro”.

 

Subrayó que las autoridades estadounidenses lograron desmantelar el complot, que involucraba a un presunto sicario de un cartel mexicano, “gracias a la cooperación con México, que es producto de cuatro años de trabajo sin precedente”.

 

Por su parte, el secretario adjunto para espionaje e investigación del Departamento de Estado, Philip Goldberg, dijo que las autoridades (mexicanas) enfrentan dificultades para desmantelar los carteles del narcotráfico, cuyas reformas institucionales avanzan lentamente y su población duda cada vez más de la capacidad gubernamental ante la creciente violencia.

 

El progreso de las reformas institucionales en México es “lento debido a la escasez de recursos, las diversas prioridades políticas ante los comicios presidenciales del 2012 y la resistencia burocrática. Las reformas judiciales, por ejemplo, son complejas, y la legislación que las establece otorga ocho años para su implementación”.

 

Desde que tomó el poder en 2006, el presidente Felipe Calderón inició una lucha contra los carteles del narcotráfico que ha dejado al menos 40 mil muertos, y ha contado con el apoyo estadounidense a través de la Iniciativa Mérida, cuyo financiamiento de mil 400 millones de dólares incluye equipos, entrenamiento y apoyo para el fortalecimiento institucional y una reforma judicial.

 

El líder demócrata en el comité, Howard Berman, criticó el tema fijado para la audiencia porque “es un error ver a nuestro vecindario como una constelación de amenazas en lugar de oportunidades”.

 

La presidenta del comité, la republicana Ileana Ros-Lehtinen, justificó la celebración de audiencia por la “necesidad de evaluar la estrategia estadounidense actual” y planteó designar como organizaciones terroristas extranjeras a los carteles mexicanos del narcotráfico, cuestionó que el Departamento de Estado siga aportando fondos antinarcóticos a gobiernos que trabajan activamente contra intereses estadounidenses, como Bolivia.

 

Goldberg señaló que los esfuerzos antinarcóticos en México ha provocado una crisis de seguridad en América Central que “amenaza los avances democráticos obtenidos las últimas dos décadas”.