Las infecciones en los hospitales  por la falta de higiene en las manos  del personal médico y enfermeras representan la tercera causa de muerte en México. El costo para el sector público por atender estas epidemias es de 73 mil 932 millones de pesos,  monto equivalente a 70% del presupuesto asignado a la Secretaría de Salud, según un diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

El organismo documenta que 40% de las infecciones contraídas por los pacientes se debe a que el personal del nosocomio no desinfecta sus manos o lo hace de manera inadecuada.

 

Además del paciente, el personal médico también está expuesto a contagios,  por lo que es común entre médicos y enfermeras infecciones por herpes zoster, tuberculosis, sarna, estreptococo y rotavirus, además de enfermedades gastrointestinales. De éstas, la salmonelosis es la más habitual.

 

Un estudio elaborado por Roxana Trejo, médico encargada del área de Infectología y Epidemiología del hospital ABC, demuestra que sólo 40% del personal que trabaja en un centro de salud se lava las manos antes o después de haber estado en contacto con un paciente. En las clínicas privadas el porcentaje es de 60%.

 

El documento resalta que aun en los nosocomios no todo el personal conoce la manera de asearse de manera correctamente. “En el hospital le enseñamos a la gente a lavarse las manos, que incluye la parte interdigital, el pulgar, las muñecas y las uñas, que son áreas donde se depositan los microorganismos”, explica.

 

La especialista señala que hay registros de varicela entre el personal médico por la mala limpieza de las manos.  “Aunque el trabajador está bien, han habido casos de brotes, porque no aplican las medidas adecuadas y portan la enfermedad, esto provoca que entre ellos mismos se infecten”.

 

La OMS dice que los médicos, enfermeras y cualquier otra persona que esté en contacto con un enfermo debe lavarse las manos en cinco ocasiones distintas.

 

Una es después de saludar al paciente, al realizar una revisión de rutina, como tomarle la temperatura o la presión arterial,  y después de haber tenido algún contacto con él a través de los objetos. En estos casos se recomienda usar gel antibacterial.

 

Si lo que se realiza es una curación o se estuvo en contacto con algún fluido del paciente,  lo mejor es lavarse las manos con agua y jabón líquido, “pero a nivel mundial no todos los hospitales tienen lavabos, entonces se emplea el gel, además de que es más rápido el cuidado”, indicó Trejo.

 

La toalla sucia

 

En México, sólo 20% de la población se lava las manos correctamente, el otro 80% lo hace de manera inadecuada y desconoce las repercusiones de esto en la salud, advierte el IMSS.

 

Una higiene incorrecta provoca que las bacterias que tienen un largo periodo de vida se queden en las manos, vayan directamente a otras partes del organismo y provoquen una enfermedad.

 

“Algunas bacterias pueden durar horas y otras días, dependiendo de las condiciones. Porque a los microorganismos les gusta estar donde hay alimentos como la humedad o el calor. La misma mano, si no se seca bien puede ser zona de confort para algunas”, explicó Roxana Trejo, médico encargada del área de infectología y epidemiología del hospital ABC.

 

Aunque la técnica adecuada para lavarse las manos se ha explicado constantemente, sobre todo después de la crisis de la influenza en 2009, la gente todavía no aprende a hacerlo correctamente. “Si nosotros nos laváramos bien las manos –dijo- no tendríamos que cambiar la toalla cuando cambia de color, tendrías que cambiarla porque está húmeda. Si hiciéramos una buena técnica la mugre, que es lo que dejamos, se iría por el drenaje y no se quedaría en la toalla”.

 

Técnica de lavado