Berlín. Angela Merkel aseguró que no dudará en recapitalizar la banca con dinero público, si fuera necesario. “Debemos tomarnos muy en serio las advertencias que estamos recibiendo de los expertos”, dijo, refiriéndose al hecho de que los capitales disponibles por los bancos no son suficientes por lo que, en un escenario de “último recurso” dijo, quizá haya que echar mano del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

 

“Si es necesario, y es una inversión razonable, no tenemos que dudar, porque de lo contrario el daño será mucho mayor”, dijo, repitiendo el mensaje lanzado el miércoles en Bruselas. “Tenemos recursos disponibles”, dijo por su parte la directora del FMI, Christine Lagarde. Estas declaraciones se produjeron al término de las conversaciones entre la eurozona, el FMI, el Banco Mundial y la OCDE sobre la reforma del sistema financiero internacional realizadas en Berlín.

 

Los bancos alemanes tienen prestado más de 2.2 billones de euros en países, empresas y bancos extranjeros, según datos del Bundesbank. Entre los seis países de la eurozona considerados en riesgo (Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia) hay más de 350 mil millones alemanes prestados, incluída en la cuenta la participación alemana en programas europeos de ayuda. La estimación aquí barajada sobre las necesidades de recapitalización para los diez principales bancos alemanes asciende a 127 mil millones.

 

“Nadie está tan loco como para anunciar ahora, cuando los parlamentos aún no han acabado de ratificar el FEEF que necesitamos más dinero”, dijo en una entrevista televisiva el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Por eso, dijo, se habla de hacer ese recurso “más eficiente”. Juncker se declaró convencido de que el reticente parlamento eslovaco ratificará este mes el FEEF y se mostró confiado en que el próximo tramo del crédito griego tendrá lugar, tras el informe positivo de la troika, el 24 de octubre. “Una quiebra griega sería ahora el peor accidente posible, porque el precio que deberíamos pagar sería demasiado alto”, dijo.

 

El primer ministro luxemburgués salió al paso de los comentarios mediáticos alemanes – que dice seguir- sobre el acceso del italiano Draghi al puesto que deja vacante Jean Claude Trichet en la presidencia del Banco Central Europeo (BCE). Ayer mismo un experto alemán declaraba a la emisora berlinesa RBB que es una lástima que la Unión Europea esté, “dominada por portugueses e italianos”.

 

“Los presidentes del BCE son elegidos por su valor, no por su nacionalidad, los tópicos alemanes sobre el tutti frutti italiano de los años cincuenta están de más”, interrumpió Juncker al periodista que le preguntaba por el riesgo de un nuevo presidente del BCE perteneciente a una nación, en su opinión, “poco fiable”. Juncker también advirtió sobre lo delicado de una situación, en la que, “desde los países ricos, como Alemania, se alecciona al griego, que cobra una pensión de 800 euros, un recorte del 40%”.

 

Respecto al impuesto de transacciones financieras, Juncker recordó que, “Inglaterra, Suecia y República Checa están en contra, mientras que los holandeses tienen problemas con la propuesta”. “No estamos en un congreso de partido, estas son decisiones complicadas”, explicó.

 

El presidente del eurogrupo se declaró en contra de la creación de un ministro de finanzas europeo, una propuesta lanzada el año pasado por Jean-Claude Trichet, que considera irreal. Juncker mencionó al respecto la constitución alemana, con un tribunal constitucional acostumbrado a pronunciarse ante cualquier cosa que suene a recorte de la soberanía del Bundestag. “Alemania no es el único país que tiene una constitución en Europa”, dijo con sarcasmo. Y añadió; “¿se imaginan a la “Grande Nation” –un término utilizado no sin ironía en el espacio alemán para referirse a la Francia actual-, a la Asamblea Nacional, recibiendo un papel de Bruselas diciéndole cómo debe ser su presupuesto nacional?