La mecha prendió fuego el 12 de mayo, cuando 131 estudiantes de la Ibero respondieron con un video publicado en YouTube a la acusación de Pedro Joaquín Coldwell, líder del PRI, de que la reacción en contra del candidato tricolor, Enrique Peña Nieto, tras su visita a esa universidad, era parte de un supuesto boicot orquestado por infiltrados del PRD y el PAN.

 

“Nunca pensamos que pudiéramos tener esta voz en la vida pública del país. Nadie lo veía venir, pero es algo que ya se venía gestando desde tiempo atrás y tenía que surgir en algún momento”, dice Ignacio Martínez, uno de los 131 universitarios que, con credencial en mano y número de cuenta, acabaron con cualquier especulación.

 

La iniciativa surgió cuando dos de los estudiantes presentes durante las protestas contra Peña, Rodrigo Serrano y Ana R., lanzaron una convocatoria a través de Facebook para responder a los señalamientos hechos por Joaquín Coldwell, y la manera en que algunos medios de comunicación “intentaron disfrazar los hechos de manera parcial”. El video se regó como pólvora a través del ciberespacio, hasta alcanzar medio millón de visitas en su primer día.

 

Luego vinieron las protestas fuera de Televisa por lo que consideraron un intento por imponer al próximo presidente de México, a las cuales se sumaron estudiantes de otras universidades privadas como el ITAM y la Anáhuac.

 

Los estudiantes de las escuelas públicas no se quedaron atrás. A través de la red, cientos de universitarios de todo el país comenzaron a subir videos con manifestaciones de apoyo en las que alumnos de instituciones como la UNAM, IPN, UAM, entre otras, aparecían con sus credenciales en mano para sumarse al movimiento.

 

Fue así como el movimiento #YoSoy132 logró unificar los reclamos de la juventud mexicana aún a pesar de las diferencias socioeconómicas, acontecimiento inédito en la historia reciente del país.

 

“Lo que más me ha sorprendido es que se rompieron estas barreras de los niños fresas de una universidad privada por un lado y los grilleros de universidades públicas por el otro. Ya rompimos los prejuicios y tenemos que contagiarlo a los demás mexicanos, hay que unirnos”, asegura José Miguel Barberena.

 

Primero fue una marcha en contra del candidato priísta, luego, el miércoles pasado, contra lo que consideraron una manipulación informativa por parte de la prensa nacional.

 

“Hace seis años yo estaba en la prepa y me acuerdo que en mi casa todos estaban muy pendientes de cómo se daba el conteo de los votos. Mis papás fueron de las personas que creyeron que hubo fraude. Yo fui más espectador de todo eso, pero me sentía mal, impotente porque no pude votar y porque te das cuenta que la gente que tiene poder puede hacer lo que quiera aun cuando 100 millones de mexicanos estén en contra”, relata Samuel Torres.

 

Sostiene que el principal logro del movimiento estudiantil ha sido poner sobre la mesa de discusión la necesidad de mejorar y diversificar el contenido de los medios.

 

“Creo que el movimiento trata de volver exigente al público que ha consumido toda la vida lo que las televisoras quieren y nunca ha habido una exigencia de los que estamos del otro lado”, señala.

 

El MOVIMIENTO, UN HASHTAG

 

La explosión del movimiento #YoSoy132 no podría entenderse sin las posibilidades de organización que ofrecen las redes sociales en el mundo hiperconectado de hoy, lo cual incluso, ha provocado que algunos especialistas en medios hayan establecido ciertos paralelismos entre las recientes movilizaciones estudiantiles con la llamada Primavera Árabe de hace un año.

 

“Sin las redes sociales no tendríamos la voz que tenemos ahora y la gente no nos escucharía. Es el único medio a través del cual podemos combatir a los medios ya establecidos”, reconoce Ignacio Martínez, quien asegura que la manera vertiginosa con que creció el movimiento en menos de un mes ha llamado fuertemente la atención de los medios internacionales. En los últimos días los estudiantes de la Ibero han ofrecido entrevistas para medios como el periódico español El País, el diario estadounidense Wall Street Journal, la cadena inglesa BBC e incluso la televisora árabe Al Jazeera.

 

Pero, también hay un pero. Las repercusiones de las protestas en el ámbito político han generado un clima de persecución y hostigamiento en contra de algunos estudiantes, a través de llamadas telefónicas y amenazas intimidatorias, hecho que denunció el rector de la Universidad Iberoamericana, José María Morales Orozco. Esta situación ha provocado que muchos de los miembros originales del grupo “Somos más de 131” decidiera mantenerse al margen.

 

Y aunque reconocen que la ausencia de líderes en ocasiones dificulta la organización interna, el acercamiento con otras universidades devuelve la esperanza de un cambio aún a pesar de la aparición de algunos oportunistas que han intentado lucrar con el movimiento estudiantil.

 

“Primero hubo un twitter falso y está también una página que se ve muy profesional (www.yosoy132.mx) pero que no es nuestra. Tuvimos contacto con un empresario que se dedica al registro de marcas, se fijó que no teníamos una página oficial en internet y él compró ese espacio. Vino a platicar a la asamblea interuniversitaria y quería mantener el dominio de la página, según él por seguridad, para que no cayera en manos de ningún partido. No nos convenció ni su discurso ni su propuesta. Se platicó en la asamblea y se decidió que vamos a abrir otra nueva y a desmentir esa página”, cuenta Martínez.

 

José Miguel, Ignacio y Samuel esperan que el tema vaya más allá de un asunto coyuntural en época electoral y permita materializar los retos pendientes que tiene un país donde los jóvenes son mayoría.