En la historia de la sustracción de la adolescente Alondra Luna Núñez por agentes mexicanos y la Interpol hay otra víctima de la confusión gubernamental: la señora Dorotea García, quien tenía la esperanza de reunirse con su hija después de ocho años de buscarla. En la única declaración que ha dado sobre el caso, negó haberse robado a la adolescente.

 

“Yo no me robé a la criatura, yo no me robé a Alondra Núñez. Me entregaron a  la niña en mis manos y yo desesperada por mi búsqueda de tantos años no la iba a dejar perder, si yo estaba sintiendo que tenía a mi hija conmigo nuevamente”, dijo en una entrevista con la cadena Telemundo.

 

Desde 2007, Dorotea busca a su hija Alondra Díaz García, secuestrada en Estados Unidos por su padre Reynaldo.

 

García Macedo, ciudadana mexicana residente en la ciudad estadounidense de Houston, Texas, contactó a Alondra Luna Núñez vía Facebook y creyó reconocer en ella a su hija, por una cicatriz que ambas tienen entre las cejas y porque Reynaldo está relacionado con un pariente político de la familia Luna Núñez.

 

Ella estaba presente cuando agentes federales mexicanos adscritos a la Interpol obligaron a Alondra a subirse a una camioneta para ser trasladada a Estados Unidos contra su voluntad, en una dramática escena que le dio la vuelta a ambos países a través de las redes sociales.

 

“Ha sido horrible, triste, frustrante, desesperante, regresar al vacío de mis brazos, es pesado después de sentir la dicha y sentirme completa otra vez con mis dos brazos llenos, sentirme satisfecha nuevamente con mis dos hijas juntas, no tenía precio”, señaló Dorotea.