La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se pronunció por primera vez desde hace casi dos semanas de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien la acusara de presunto encubrimiento.

 

En un mensaje en cadena nacional desde la Casa Rosada, fue puntual al referirse que no se dejará intimidar por ningún fiscal ni abogado “a mí no me van a intimidar, yo no les tengo miedo, que los fiscales me denuncien, pero no me van a manejar”, subrayó.

 

Al tiempo que descartó que el gobierno pueda ser responsable de la muerte del fiscal Alberto Nisman, “es descabellado pensar que nuestro gobierno pueda ser sospechado por el caso Nisman”.

 

Disuelve la Secretaría de Inteligencia y anuncia creación de la Agencia Federal de Inteligencia

 

La mandataria de Argentina anunció este lunes la remisión de un proyecto de ley al Parlamento para disolver la Secretaría de Inteligencia y crear la nueva Agencia Federal de Inteligencia.

 

Fernández de Kirchner explicó que la reforma de los servicios de Inteligencia responde a la necesidad de “transparentar un sistema que no ha sido de diligencia y no ha servido a los intereses nacionales”.

 

Entre sus competencias, la nueva Agencia tendrá la de investigar sobre terrorismo, tráfico de armas, ciberdelitos, trata de personas, narcotráfico y delitos contra el orden económico y financiero.

 

El director de la Agencia Federal de Inteligencia será designado por el Ejecutivo y requerirá acuerdo del Senado, explicó la presidenta.

 

Califica de absurda denuncia del fiscal Nisman

 

Al referirse a la denuncia del fiscal Nisman en su contra y el canciller Timerman por presuntamente encubrir a los acusados iraníes del atentado a la AMIA, Fernández de Kirchner calificó de “absurdos” los argumentos alrededor de la denuncia en su contra.

 

“Nadie puede delinquir firmando un tratado internacional aprobado por el Congreso”, subrayó la mandataria argentina.

 

Y señaló que “es descabellado pensar que nuestro gobierno pueda ser sospechoso por el caso Nisman.

 

Fernández dijo que Diego Lagomarsino, quien le dio el arma a Nisman, era íntimo amigo del fiscal y un “feroz opositor del Gobierno”.

 

El fiscal Alberto Nisman, de 51 años, apareció muerto en su apartamento el 18 de enero antes de comparecer ante una comisión del Congreso sobre la denuncia contra Fernández como supuesta ideóloga de un plan para encubrir a un grupo de iraníes acusados del ataque terrorista contra un centro comunitario judío de Buenos Aires en 1994.

 

La justicia argentina investiga si el fiscal fue asesinado, cometió suicidio o fue víctima de un suicidio inducido.