TRÍPOLI.  Un grupo de terroristas de la rama local en Libia del Estado Islámico se inmolaron luego de haber irrumpido esta mañana a tiros en la recepción del hotel de lujo Corinthia, en Trípoli, dejando nueve personas muertas, tres vigilantes, cinco extranjeros y uno de los rehenes.

 

El ataque, en el que al parecer participaron cuatro hombres armados, uno de los cuales está detenido, fue reivindicado por la rama libia del yihadista Estado Islámico (EI), en un comunicado difundido por la web estadunidense SITE, que vigila los movimientos terroristas.

 

Según las fuentes, los hombres armados se refugiaron en el hotel, sede del gobierno rebelde libio y de diferentes misiones diplomáticas, tras el estallido de un coche bomba.

 

Los pistoleros entraron en el recinto tras abrir fuego contra los guardias de seguridad, tres de los cuales resultaron muertos, indicaron las fuentes.

 

Luego de varias horas de atrincherarse en las plantas más altas del inmueble, al verse rodeados, tres de los cuatro terroristas se inmolaron haciendo explotar cinturones explosivos.

 

Las otras víctimas mortales son de nacionalidad extranjera y murieron por los disparos de los terroristas, mientras que además resultaron heridas tres mujeres filipinas, una de ellas secretaria en una empresa privada.

 

El atentado se produce apenas unas horas después de que arrancara la segunda jornada de la nueva ronda de diálogo auspiciado por la ONU en Ginebra, que busca alcanzar una solución que permita a Libia salir del caos y la espiral de violencia en la que vive desde que en 2011 la OTAN contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Muamar Gadafi.

 

Desde entonces, el país está dividido, con dos gobiernos, uno internacionalmente reconocido en Tobruk y otro rebelde en Trípoli, apoyados por milicias islamistas, exgenerales gadafistas, líderes tribales y señores de la guerra vinculados con el tráfico de armas, drogas y personas.

 

Semanas atrás, fuentes de inteligencia estadunidenses y europeas filtraron un documento en el que advertía que células vinculadas al EI se habían instalado en el este de Libia, donde al parecer acogen y entrenan a yihadistas de Túnez, Argelia y otras áreas del norte de África y el Sahel dispuestos a unirse a la yihad en Siria e Irak.