Durante las últimas semanas hemos estado viendo cómo los mercados accionarios en Estados Unidos, Europa, Asia y algunos emergentes latinos han continuado su tendencia de alza, mientras que la bolsa accionaria en México registra un movimiento de baja.

 

Las economías de Estados Unidos, de Europa, principalmente la Zona Euro, las de Asia como Japón y Hong Kong, aunque en menor medida China, reflejan condiciones positivas y aumentan su nivel de expansión.

 

En Estados Unidos, seguimos viendo que los reportes corporativos al tercer trimestre registran resultados por arriba de lo esperado y mantienen perspectivas de crecimiento importantes. Además, están por aprobar la reforma fiscal en la que la reducción de impuestos a corporativos implicará mejores valuaciones futuras de las empresas, liquidez para recompra de acciones, un mayor pago de dividendos o reinversiones que permitirán condiciones atractivas para los inversionistas.

 

Mientras tanto en México, concluyeron los reportes trimestrales julio-septiembre de 2017. En lo general, vimos que la mayor parte de los resultados vinieron en línea o inferior a lo esperado. El crecimiento en ventas apenas fue de 3.0%, cuando se esperaba cerca de 10%; el flujo operativo también con una expectativa de crecimiento moderado fue negativa en 5.0% y sólo las utilidades netas crecieron 10.5%, pero por debajo de lo esperado.

 

Es decir, por un lado, el comparativo trimestral fue más difícil y ahí viene también el cuarto trimestre con esta característica, mientras que la desaceleración moderada de la economía, junto con la incertidumbre ligada al desarrollo y futuro de la negociación del TLCAN han venido frenando nuevas inversiones y han limitado el dinamismo de las empresas.

 

Entre enero y julio del presente año, el mercado accionario alcanzó una plusvalía de 13.3% y un nuevo máximo histórico en cierre en los 51 mil 713 puntos el 25 de julio. Desde ahí, ha venido desacelerando en la medida de que todos los comentarios optimistas y confiados de un desarrollo positivo y rápido del TLCAN se han ido desvaneciendo.

 

Si medimos al mercado a partir del 25 de julio a la fecha, el mercado de capitales ha perdido 6.1%, y por ello en el acumulado del año su plusvalía asciende a 6.3%, ya inferior simplemente a la tasa de referencia diaria del Cete en 7.0%.

 

El incremento en la tasa de interés por parte del Banxico fue necesario para tratar de frenar el movimiento de depreciación del peso, pero tuvo un efecto en la desaceleración del consumo interno y a esto le sumamos la falta de nuevas inversiones.

 

Sin duda, el contexto de la economía y del desempeño de los sectores no son los mismos. Algunos muestran una mayor dinámica y una buena expectativa, mientras que otros se perciben con mayor debilitamiento.

 

Entre los sectores que vemos con buena dinámica es el de energía, aeropuertos, minería y servicios, los cuales crecieron en ventas y flujo operativo por arriba del promedio y con una perspectiva favorable hacia adelante.

 

Otros sectores afectados fueron aerolíneas, grupos industriales, químicos, medios y telecomunicaciones, autopartes y cemento, en donde la incertidumbre sobre el TLCAN, incrementos en costos, cambios de modelo de negocio y la desaceleración que vive la economía están teniendo un impacto.

 

Algunos en posición neutra como el comercial y un poco, en mejor medida, el financiero.

 

Así, consideramos que los niveles mínimos del viernes pasado en su comportamiento sobre los 47 mil 900 puntos dan alguna oportunidad de rebote técnico de corto plazo. Sin embargo, lo vemos limitado y el riesgo de nuevas bajas sigue vigente. Mientras el mercado no tenga capacidad de situarse arriba de los 51 mil puntos, el riesgo de baja dominará aún en los siguientes meses.