En México, la vulnerabilidad social y falta de oportunidades están relacionadas con las altas tasas de embarazos en adolescentes, que constituyen la segunda causa de deserción en educación media superior, indicaron Pablo González Ulloa, Laura Pedraza Álvarez, Maura Roldán Álvarez y Néstor Sánchez Hernández, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

 

Al presentar los avances de la investigación “Ciencia básica, vulnerabilidad social y embarazo adolescente en la Ciudad de México”, los científicos sociales señalaron que aunque se han establecido campañas y una estrategia pública nacional para prevenir esa situación, se carece de un diagnóstico específico para comprender lo que en realidad piensan y requieren los jóvenes.

 

González Ulloa expuso que ante la falta de oportunidades laborales o de estudio, para las jóvenes tener un hijo tiene un significado importante, en particular entre la población de estrato socioeconómico bajo. “Ni el Estado, la sociedad o la familia ofrecen a este grupo poblacional un plan de vida específico, por lo que el embarazo representa una salida”.

 

Por su parte, Laura Pedraza Álvarez dijo que entre las jóvenes que participaron en el estudio, una parte importante argumentó no utilizar ningún método anticonceptivo, y otras que junto con su pareja habían planeado tener un bebé sin considerar el impacto de este hecho en sus vidas.

 

En el rango de 15 a 19 años de edad, 14 por ciento de los jóvenes dijo no tener acceso a anticonceptivos o manifiesta temor colateral a tomarlos, y la compra por parte de las mujeres es aún un tema tabú, especificó.

 

Maura Roldán Álvarez puntualizó que para prevenir los embarazos en adolescentes es necesario planear talleres en donde no sólo se les hable de prohibiciones, sino del disfrute de su sexualidad, “en donde ésta sea parte del desarrollo humano y no un tema vedado. Además, se requiere una política integral que contribuya a mejorar las condiciones precarias en las que se desenvuelve gran parte de este segmento”.

 

 

 

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