Bien, sin duda, el gobierno de México al salir de inmediato a definir públicamente su agenda para enfrentar el giro en el gobierno de Estados Unidos con la llegada de Donald Trup a la Casa Blanca. Los lineamientos en política exterior presentados por Enrique Peña Nieto son pertinentes y claros. Ahora sólo falta un elemento primordial: liderazgo.

 

 

Hay algo que faltó en el mensaje de Los Pinos, como sustrato principal: un acuerdo real entre el gobierno y las fuerzas políticas y sociales en la defensa del Estado mexicano ante un vecino poderoso y beligerante.

 

 

Y para eso hace falta un liderazgo emergente y renovado. Hoy por hoy ni en los partidos de corte declaradamente populista se rechaza al libre comercio como un elemento fundamental para generar bienestar, empleo y consumo. Dónde están ahora los operadores del gobierno construyendo acuerdos con las fuerzas políticas, los factores de poder económico, los sindicatos, las organizaciones sociales, los grupos no gubernamentales.

 

 

Las palabras del líder de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, retumbaron en Los Pinos y dan cuenta del gran pendiente de este gobierno y de sus antecesores: los trabajadores, los campesinos, los empleados que no pueden llevar completo el mandado a sus mesas ni contar con unos pesos en la bolsa para satisfacer sus necesidades de transporte, educación, salud, servicios y entretenimiento.

 

 

Enfrentar al gobierno de Trump requiere de un Presidente y un gabinete que convoquen y sumen, tarea que se ve muy complicada a partir de la posición de extrema debilidad de la administración federal y de la intención clara de las fuerzas de oposición de seguirla debilitando en pos de hacerse de la Presidencia de la República, sin importar si al país se lo lleva el diablo. Pero ésta es una condición necesaria para poder sortear con éxito un riesgo mayúsculo para el país y en el que pueden salir muy lastimados, como siempre, los más débiles y pobres.

 

 

Porque si bien es estratégico que haya puesto el presidente Peña Nieto como parte de la agenda los temas de seguridad y migración, también es un hecho que la corrupción y la impunidad son los flancos débiles de los gobiernos mexicanos todos, desde el federal hasta los municipales pasando por los estatales, sin duda.

 

 

En términos reales el problema de la migración se basa en la falta de oportunidades, en la pobreza y la marginación que no resuelven ni éste ni otros gobiernos, sean del PRI, PAN, PRD o Morena.

 

 

Y en el caso de la inseguridad, la base sobre la que operan los grupos criminales, tanto en los delitos comunes como el robo en todas sus modalidades o los federales como el narcotráfico, la trata de personas o la piratería es precisamente la corrupción en todos los niveles de gobierno, en el poder judicial y la complicidad y complacencia sociales.

 

 

Los tiempos son importantes. Si Peña Nieto y su gobierno logran alargar las negociaciones, será un éxito suyo. Canadá, sin duda, será un aliado ante la locura cavernícola que representa Trump, así que lo importante es ver si esta administración se allega los apoyos internos y externos para sentarse a la mesa con los enviados del nuevo Presidente de Estados Unidos y jugar con los tiempos electorales en ambos países, porque bien le vendría a México un cambio en la composición del Congreso gringo en dos años y dejarle bien encarrilado el tema al nuevo Presidente de México en 2018, que en una de ésas no es del PRI.