Mayo de 2017 es el mes más violento en cuanto a homicidios dolosos en los últimos 20 años, esto se refleja en las cifras mensuales publicadas ayer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

 

La cifra histórica más violenta había sido en mayo de 2011, año que se considera el de mayor violencia en nuestro país y cuando arrancó la guerra contra los narcotraficantes.

 

Tan sólo en mayo pasado se registraron dos mil 186 averiguaciones previas por homicidio doloso, mientras que en mayo de 2011, la cifra fue de dos mil 131 averiguaciones.

 

Pero si sumamos los primeros cinco meses del año, el número entre 2011 y lo que va de este año es realmente drástico. En 2011 se registraron siete mil 582 y en los primeros cinco meses de 2017 se han perpetrado nueve mil 916 homicidios dolosos, esto es un aumento en este último rubro de 30.78 %.

 

Seguramente el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública saldrá en los próximos días a señalar que es injusto comparar la cifra de 2017 con la de 2011, y para ello tendrá como argumento que la población de 2011 era mucho menor que la de 2017; también nos dirá que el método de contabilizar los homicidios se ha perfeccionado con los años y por ello ahora se tienen cifras más reales de lo que ocurre en el país.

 

En un punto tendrán razón. Mayo de 2017 es el mes con más homicidios de la historia, pero si se mide por la tasa de 100 mil habitantes, la cifra se modifica.

 

Seguramente en su aclaración aceptarán que las cifras de homicidio se han incrementado en los últimos meses, pero tratarán de demostrar con diversas fórmulas que el incremento es mucho menos significativo de lo que parece.

 

Si tomáramos en cuenta uno de estos argumentos y sólo comparamos las cifras de homicidio doloso entre los primeros cinco meses de 2016 y los de 2017, podremos observar que el incremento de homicidios dolosos no es tan insignificante. En los primeros cinco meses de 2016 se cometieron siete mil 658 homicidios, 29.49 menos que en los primeros cinco de este año.

 

Pero el incremento no es nuevo. Desde el mes pasado, el Observatorio Nacional Ciudadano informó que el primer cuatrimestre de 2017 tenía la cifra de homicidios más alta desde 1997. Es decir, hace varios meses este tipo de organizaciones vienen alertando sobre el incremento de la violencia y mala implementación de los programas de prevención.

 

En otros procesos

 

Es imposible no hablar del espionaje que han denunciado periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos. En México, el espionaje no es nuevo y las autoridades cada vez más han hecho uso de éste, amparadas en averiguaciones previas o en investigaciones que “requieren de la intervención telefónica”.

 

Y sí, en los últimos años han aumentado considerablemente las solicitudes formales de las autoridades a jueces para que se puedan intervenir llamadas telefónicas.

 

Hace unos meses, la Red R3D concluía: “Se ha promovido la expansión de las facultades legales para llevar a cabo medidas de vigilancia sin que al mismo tiempo se hayan impuesto controles democráticos a las mismas. El marco legal se ha diseñado deficientemente, a veces de manera deliberada, para dar pie a interpretaciones que permitan a más autoridades vigilar sin contrapesos institucionales que pongan en riesgo la garantía de impunidad”.

 

aarl