ruben-hernandezEl encuentro con los grandes vinos de Italia, en una sintonía definida por el gusto de dos culturas por los placeres de la mesa, es la esencia del Simple Italian Great Wines, encuentro realizado recientemente en el Hotel W de la Ciudad de México con el objetivo de reforzar y abrir nuevos mercados para la gran variedad de productos vinícolas de las vastas Denominaciones de Origen (DO) de la Península Itálica.

 

“Estamos en un encuentro donde hay la oportunidad de conocer y apreciar algunos de los mejores vinos italianos. Es un foro que ha cobrado mayor fuerza cada año, siempre con gran éxito en las dos versiones anteriores, todo ello resultado del gusto y la participación de los conocedores y el interés que los mexicanos han intensificado en torno a los vinos de Italia.

“El panorama que en México se contempla sobre los productos de aquel país se ampliado de manera notoria. Se ha sobrepasado el estigma de los chiati antiguos para dar paso a la expresión de vinos modernos, con carácter y personalidades propias, reflejo claro, por si fuera poco, de la gran diversidad de los viñedos italianos, definidos por cepas autóctonas que dan un perfil único e irrepetible del mapa vitivinícola de esa nación con tanta historia y trascendencia en ese rubro”, resalta Deby Beard, anfitriona en México de esta muestra que recorre diversas ciudades del mundo en una labor de promoción del patrimonio vinícola de Italia.

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Añade que México e Italia son, ante todo, dos naciones que gustan de la buena comida. El encuentro a la mesa es siempre un motivo de fiesta y un regocijo de los sentidos. Por otro lado, las relaciones comerciales entre ambos países van en ascenso en distintos rubros. En el caso específico del vino italiano, México representa el segundo mercado en Latinoamérica, después de Brasil. Las expectativas de crecimiento en este sentido son muy positivas, dado el aumento de 60% que se ha registrado del consumo del vino en el mercado mexicano.

web-italiaCon más de 350 variedades de cepas autóctonas, este encuentro abre a los profesionales la oportunidad de conocer vinos prácticamente desconocidos en México, además de ampliar las vías para su posible comercialización y el avance en el conocimiento y el consumo de un público que aún tiene mucho por descubrir en torno a la diversidad y riqueza de los vinos itálicos.

El consumo del vino italiano es aún muy limitado en este país. En un momento en que se abre progresivamente el número de consumidores, es una estupenda oportunidad para que también aprecien más de la gran variedad de vinos que producen las DO italianas.

Además de la historia, la tradición y el oficio, las bodegas se distinguen asimismo por la búsqueda continua de calidad, advierte el Istituto del vino italiano di qualitá. A lo largo de los últimos 40 años se ha hecho una fuerte inversión sobre este punto. Es una disciplina que no atañe exclusivamente los rubros tecnológicos, sino que involucra también aspectos sociales, comerciales y ecológicos.

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Calidad es también, añade, respeto por el medio ambiente; es lograr que las más de 30 mil bodegas italianas tengan vías y accesos a los mercados internacionales, cuidando de igual modo el papel esencial que los importadores tienen en esta cadena. Calidad es igualmente una inclusión social justa, favoreciendo, por ejemplo, la participación de las mujeres en el trabajo vinícola y sus beneficios.

“El vino es un alimento, pero es también pasión y cultura; y esos son elementos que los mexicanos entienden muy bien, dado el carácter y la sabiduría que encierra su gastronomía. Por otro lado, vale resaltar la gran empatía que muchos de los vinos italianos tienen con la cocina tradicional de México”, expresa Luciano Piona, presidente de la Unión de Consorcios Vinos Vénetos.

ESTÁNDARES DE EXCELENCIA

La insistencia en la calidad, en la búsqueda y definición de parámetros que certifiquen los procesos y brinden más herramientas para una comercialización de productos superiores ha sido estratégica, dice Riccardo Ricci Curbastro, presidente de la Confederación Nacional de Protección para los Vinos DOC (FEDERDOC), para que la producción vinícola italiana de calidad haya rebasado en distintos periodos a los de países como Francia y Alemania, no obstante la mayor amplitud territorial de viñedos con los que cuentan estas naciones.

web-italia3“Existen diversos registros, nomenclaturas y sistemas que nos permiten certificar la calidad prácticamente desde los viñedos. A través de estas vías podemos seguir la historia de un vino al momento de tenerlo en la botella. Hay la capacidad para saber el área del viñedo del cual procede la uva y todos los detalles en cuanto a su elaboración y almacenaje. Son recursos que nos permiten estar en un perfeccionamiento continuo, sin perder la ruta de la competitividad comercial”, indica Curbastro.

La Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Milán destaca que “la industria vitivinícola italiana es una de las de mayor envergadura en el mundo: es el segundo país que más vino produce (42,2 millones de hectolitros), el primer exportador (4,4 billones de euros) y el tercer consumidor de vino (23 millones de hectolitros). Su balanza comercial ha obtenido, históricamente, resultados muy superavitarios (4,1 billones de euros en 2011)”.

Por su parte, International Exhibition Managment, empresa organizadora del evento, Italia se ubica como el sexto país exportador de vinos, con poco más de 1 millón y medio de litros anuales y una cuota de mercado que equivale al 8.13%. Por otro lado, es el primer exportador de vino espumoso, variedad que en el caso de México representa por sí solo 25% de las exportaciones italianas a México.