The Drums es sin duda un grupo de pop que está fuera del mainstream. Es una una clase de psicodelia suave, inclinada a un publico que por ningún motivo se pararía a escuchar un drumsconcierto de Lady Gaga, pero con gusto escucharían un pop de vanguardia, sobre todo si es de Nueva York.

Este 29 de octubre un apabullante número de seguidores de The Drums se dieron cita en el Plaza Condesa para presenciar el espectáculo de Jonathan Pierce y Jacob Graham, cabezas de la agrupación.

Como parte de su gira para presentar su tercer material de estudio Encyclopedia, Pierce se acompañó de una formación más amplia. Dos guitarras y una batería dieron un matiz diferente en el escenario.

La velada comenzó con las primeras notas del sintetizdrums3ador modular de Jacob Graham. Poco a poco las ondas podían sentirse al vibrar el piso, gritos y aplausos marcaron la entradaperfecta para que Pierce pisara el escenario. Con una chaqueta roja, pantalones ajustados y movimientos que emulaban el remo de un bote, Pierce convocó a su joven audiencia a corear juntos las canciones.

Sin duda, uno de los aspectos más importantes de The Drums fue su presencia sobre el escenario. Su estética es muy cercana al post punk inglés de los 70. Fácilmente podías identificar la danza de Pierce como un tributo o parodia, a los movimientos hipnóticos de Ian Curtis. Sus cortes de cabello similares a los usados por los frailes franciscanos, permitían recordar la película Quadrophenia y la cultura mod.

Su drums4público se mostró más que efervescente durante todo el concierto, en muchas ocasiones por arriba de los temas de Graham y compañía. The Drums ejecutó gran parte de su nuevoálbum sin embargo, “Let Me y “U.S. National Park” recibieron una aceptación que uno podría pensar que el público las conocía por años. Quizás los momentos más explosivos se presentaron con “Forever And Ever Amen” y “Best Friend”, en ambas podías percibir el subir y bajar del piso ante los brincos de un público que lucha constantemente por “pasarla bien”.

De una década para acá, la interacción con golpes mejor conocidáticosa como slam, fue decreciendo hasta estar hoy en peligro de extinción, sin embargo una de las características drums5de este show fueron los curiosos movimientos de los fans. Con una especie de slam intrapersonal, el público, en su mayoría conformado por mujeres, acompañó su velada de punk buena onda con un constante movimiento.

Graham, logró destacar por su capacidad de crear atmósferas espaciales entre canción y canción. Equipado con un par de Moog y otros sintetizadores, sus texturas permitían estar en una especie de mantra modular. Para todos los fanáticos, The Drums cumplió con altas sus expectativas. Para el resto queda por ahí una cuestión más por resolver: ¿desde cuándo el punk se volvió de boutique?