CIUDAD DEL VATICANO.  El viaje de Benedicto XVI a México y Cuba, en marzo de 2012 fue uno de los detonantes para renunciar al papado 11 meses después.

 

En el libro “Últimas conversaciones”, del periodista alemán Peter Seewald, en el capítulo dos, dedicado a la dimisión presentada en febrero de 2013, el autor preguntó a Joseph Ratzinger cuándo se volvió definitiva su decisión de renunciar y él respondió que fue durante las vacaciones de 2012.

 

Ante la respuesta, el autor cuestionó si estaba “deprimido”  y el Pontífice rechazó el sentimiento, pero sí reconoció que no estaba bien de salud.

 

“El viaje a México y Cuba me había cansado mucho. También el médico me había dicho que no habría podido atravesar de nuevo el Atlántico. La Jornada Mundial de la Juventud, prevista en Río de Janeiro en 2014 había sido anticipada un año por el Mundial de fútbol”.

 

“Para mi era claro que debía renunciar a tiempo para que el nuevo Papa viajase a Río. Así, tras el viaje a México y a Cuba la decisión maduró lentamente”.

 

Con la publicación de este libro un Papa tiene la posibilidad de hacer un recorrido por sus años de ministerio habiendo ya dejando su puesto.