Algo muy grave está pasando en Veracruz donde en los últimos 12 meses se han incrementado, casi en 100%, los homicidios dolosos, pues de los 375 casos que se registraron entre enero y mayo del año pasado, en ese mismo periodo, pero del actual, la cifra ha subido a 748.

 

Tan sólo el fin de semana pasado, una ola de violencia sacudió a diferentes puntos del estado, cobrando la vida de, por lo menos, 22 personas, entre ellas la de cuatro menores de edad y la del coordinador de la Policía Federal en la entidad, Camilo Castagné Velasco, quien fue abatido en una emboscada cuando comía con otros elementos en la Ciudad Cardel (municipio ubicado entre Xalapa, la capital, y el Puerto de Veracruz).

 

De acuerdo con el gobernador Miguel Ángel Yunes, estas expresiones de brutalidad son producto de muchos años de abandono en materia de seguridad, pero también de la complicidad entre los gobiernos anteriores y los grupos delictivos; y es que, desde hace 12 años, dice el mandatario estatal, “denunciamos cómo Fidel Herrera se había vinculado con el crimen organizado, que lo financió con 12 millones de dólares a cambio de que les permitiera actuar libremente”.

 

Durante la administración de Javier Duarte, la estrategia fue ocultar los hechos delictivos; el mismo gobernador dijo en alguna ocasión que en Veracruz no pasaba nada, y lo más que se llegaban a robar eran Frutsis y Pingüinos. ¿Por qué razón decía esto? Porque quería encubrir la actividad de los grupos criminales. Derivado de esta situación, en febrero pasado fue detenido e internado en el penal de Pacho Viejo, el ex secretario de Seguridad Pública en la administración pasada, Arturo Bermúdez Zurita, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero. Durante su gestión se registró un incremento en el número de personas desaparecidas, pues de 2011 a 2016 se llegaron a contabilizar más de cinco mil 500 denuncias por este delito.

 

Ya sin la protección del Gobierno estatal, los grupos del crimen organizado han emprendido una cruenta batalla por el control de las diferentes actividades ilícitas que antes practicaban sin ninguna restricción como el robo de combustible, el asalto a transporte de carga y el narcotráfico, entre otros.

 

De acuerdo a datos de la autoridad, el grupo armado responsable del asesinato de Castagné Velasco es el Cártel Jalisco Nueva Generación, pues el mando de la Policía Federal estaba encargado del combate a las actividades criminales en coordinación con las autoridades del estado. Por cierto, el secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Jaime Téllez, ha recibido múltiples amenazas de muerte de parte de estos grupos, que exigen se les deje operar de forma abierta y sin ningún límite, como antes.

 

Las alarmas en Veracruz están prendidas.

S.O.S. EN SINALOA

 

Alguien debería poner atención al llamado del gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, quien solicita la reubicación de los reos federales en prisiones que estén habilitadas para este tipo de reclusos; de lo contrario, existe el riesgo de que se registre un episodio violento, como ha ocurrido en otras entidades.

juan_cupula@gmail.com
@JuanMDeAnda