“Vende caro tu amor”, sugiere el gran Agustín Lara a una mujer de espíritu aventurero en la canción que todos conocemos, y complementa: “haz menos escabroso tu camino”. No pretendo contaminar las estrofas del genio de Tlacotalpan asociándolas con una actividad tan penosa como es la política, pero la frase vale en diferentes esferas.

 

Ayer, Nueva Alianza anunció su divorcio del PRI en el Estado de México, lo que puede interpretarse como una primera advertencia hacia una separación para la presidencial de 2018. El matrimonio que ahora termina dio frutos importantes y lo saben. Por ello, han decidido vender caro, muy caro, su amor.

 

Nueva Alianza acompañó al tricolor en la elección del Estado de México. La elección fue tan cerrada que, sin los votos turquesa, Alfredo del Mazo no sería gobernador. La historia se repite en diferentes entidades, como Colima, San Luis Potosí, y Tlaxcala, en las que el PANAL jugo un papel fundamental para decidir o asegurar el resultado. En pocas palabras, el PRI le debe mucho y sabe que es momento de empezar a sembrar lo cosechado.

 

Aventurado era aquel que, hasta hace algunos años, pensara que un partido creado bajo la ambición política de Elba Esther Gordillo -en tiempos en que ninguna otra fuerza política la arropaba- iba a jugar un papel tan importante en el escenario electoral mexicano. Los neoaliancistas han sabido posicionarse, no solo como aliados políticos, sino en la mente del ciudadano. La candidatura presidencial de Gabriel Quadri, su gira en combi, el pegajoso baile en los spots en el que nos pedían “1 de 3” y demás estrategias de marketing político, han dado frutos. Además, el músculo social que representa la herencia del control del magisterio mantiene su peso específico.

 

Nueva Alianza coquetea abiertamente con el Frente Amplio Opositor. Su presidente, Luis Castro, ha dicho que estarían interesados en sumarse a un frente electoral “siempre y cuando sea un proyecto ciudadano y que se promuevan los valores del partido”. Retórica pura. El flirteo es un mensaje directo al corazón tricolor, advirtiendo que el precio de su amor es más alto que en sus primeros encuentros. Veremos si el PRI, como también sugiere el Flaco de Oro, paga con brillantes su pasado.

 

 

El quinto candidato

El fin de semana tuvo lugar en Mazatlán, Sinaloa, la llamada “pasarela priísta”. Un evento en el que se juntaron José Antonio Meade -recién galardonado como Ministro de Finanzas del año en América Latina por la prestigiada Global Markets-, José Narro, Aurelio Nuño y Miguel Ángel Osorio Chong. Sin embargo, quien también estuvo presente fue Enrique de la Madrid Cordero, lo que deja ver que es un error descartarlo en la carrera hacia la candidatura.

 

El Secretario de Turismo mostró sólidas tablas políticas. En un ejercicio frente a jóvenes priístas, dejó ver la capacidad de conexión con la audiencia. Bajó del estrado, involucró a su público e hizo un diagnóstico sobre los problemas que vive México y las acciones que requiere.

 

Priístas cercanos a la cúpula aseguran que su estilo fue bien visto en Los Pinos, por lo que ya es considerado como “el quinto candidato”.

 

 

 

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