Después de casi un mes de tropiezos, Josefina Vázquez Mota, se prepara para ir a una campaña presidencial de mayor confrontación con Enrique Peña Nieto apoyada por cuadros que participaron en la elección de 2006 con el entonces candidato Felipe Calderón y después trabajaron con Ernesto Cordero en la elección interna de Acción Nacional.

 

En la reorganización del cuarto de guerra de la candidata del PAN a la Presidencia varios de sus colaboradores responsables de las fallas que desequilibraron su estrategia serán remplazados por calderonistas.

 

Vázquez Mota ratificó a su coordinador de campaña, Roberto Gil, a quien le entregó la responsabilidad de la agenda, que era manejada por dos áreas al mismo tiempo y fue motivo de varios de los mayores problemas, así como lo instruyó a concentrarse principalmente en la operación política, que es el área donde tiene mayor experiencia ya que fue secretario particular del presidente Calderón, después de ser vicecoordinador de los diputados del PAN.

 

La agenda, que también será ahora responsabilidad de Gil, se vio en la urgencia de ser modificada tras el desvanecimiento de la candidata hace una semana. La forma como se había organizado la agenda no le permitía momentos de descanso y acumulaba actos sucesivos para los cuales la candidata tenía que realizar viajes por aire en forma fugaz, lo que lleva a descompresión.

 

Al cuarto de guerra, que se reúne todas las mañanas para analizar las tendencias de prensa y sus posibles impactos, definir estrategias de corto plazo, control de daños o impulsar temas que le interesen a la campaña se integraron varios de los miembros que participaron en ese equipo durante la campaña de Calderón, y del cual salieron varias de las ideas de choque contra el entonces principal rival del panista, Andrés Manuel López Obrador.

 

El cuarto de guerra estará encabezado por Gil, quien tendrá como pares al ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, recientemente nombrado responsable de Acción Electoral del PAN, y a Juan Molinar, secretario de Acción de Gobierno del partido, y quien junto con Vázquez Mota fue en 2006 vocero de la campaña de Calderón.

 

A ellos se sumarán Max Cortázar, que no estaba en el equipo de Vázquez Mota y fue estratega de Ernesto Cordero en la contienda interna por la candidatura, a quien se había dejado de lado. Cortázar, que también fue director de Comunicación Social en Los Pinos, participará con otro experto en medios, Juan Ignacio Zavala, quien fue uno de los más aguerridos voceros de Calderón en la campaña de 2006, y que jugó con Cordero en la elección interna, una vez que Alonso Lujambio abandonó la competencia.

 

Dos personas que no estuvieron en el cuarto de guerra en 2006 se incorporarán a él. Uno es Daniel Hernández, su coordinador de asesores, responsable de la operación del programa Oportunidades cuando la candidata fue secretaria de Desarrollo Social, quien tiene gran influencia en Vázquez Mota, y Julio Di Bella, ex director del Canal 11, quien se había encargado de manejar el equipo de comunicación y propaganda de la candidata, y que ahora pasará a ocupar un papel de menor jerarquía.

 

Para la parte de mensajes, spots y análisis, se integrará como secretario adjunto de la campaña a Rafael Giménez, quien apenas el jueves pasado dejó la Coordinación de Opinión de la Presidencia de la República y se encargaba de leer a Calderón las encuestas y tendencias electorales, quien participó activamente en el diseño de los spots sobre López Obrador en 2006.

 

Campaña silenciosa

 

Aunque la candidata y su equipo han negado que haya habido errores en la campaña, desde el acto de toma de protesta, en el estadio Azul que se vació mientras la aspirante pronunciaba su discurso, los errores se han sucedido.

 

La ratificación de Gil obedece a que el desastre en el Azul no fue su responsabilidad, aunque él la asumió públicamente. El coordinador tuvo que decir públicamente que era el responsable para poder captar la totalidad de los golpes, pues el culpable de ese fiasco no iba a servir para ese propósito.

 

El responsable del Estadio Azul, un evento que era del partido no de la campaña, era de Sergio Muñoz, responsable de Acción Electoral, quien fue relevado hace casi 10 días por el ex gobernador Oliva.

 

Oliva quedará, sin embargo, bajo la jefatura de Gil, al igual que los responsables de logística, que se encontraban en otra área del equipo de Vázquez Mota, y que provocaron el mayor error, dentro de la campaña hasta la fecha.

 

El yerro ocurrió durante la gira a Chiapas, donde Vázquez Mota estuvo acompañada por el gobernador Juan Sabines en un evento que se calcula tuvo una participación de 30 mil personas. El evento era altamente significativo, no sólo por el número de asistentes, sino porque Sabines se encuentra aliado con el PRI y el Partido Verde para la próxima elección presidencial.

 

El evento, el principal que ha tenido Vázquez Mota en su campaña, pasó inadvertido porque los responsables de logística fueron incapaces de transmitir en tiempo y forma la información a la prensa para que se desplazara a Chiapas, inclusive se equivocaron de estado en la ubicación del mitin, por lo que el acto pasó desapercibido.

 

La reorganización del equipo pretende reorientar la campaña de Vázquez Mota hacia una ruta de mayor confrontación con Peña Nieto, a partir del formato del mensaje y de los spots, que será en donde se verán los primeros cambios. No se esperan cambios en el mensaje en sí mismo, sino en la forma como los enmarca y pronuncia la candidata.

 

Los nuevos spots, que se estarán evaluando esta misma semana, apuntarán directamente a Peña Nieto, según anticipan fuentes de la campaña panista, pero no en los términos como se sanciona la llamada guerra sucia, sino a partir de una rendición de cuentas que piensan hacer sobre el priista.

 

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