Hace seis años hubo un acto en Los Pinos.

 

Felipe Calderón, a sazón Presidente de la República, tuvo un acto con mujeres del Estado de México, convocadas por su esposa, Margarita Zavala, para promover acciones del Gobierno federal.

 

La entonces secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, acudió a la residencia presidencial en calidad de integrante del gabinete de la República y de ciudadana mexiquense.

 

Al momento del saludo, Vázquez Mota iba atrás de Calderón.

 

El primer mandatario aprovechó el momento para delatar a su colaboradora por rechazar ir a su estado a trabajar, referencia directa a su negativa a ser candidata del PAN a gobernadora.

 

Ruborizada, contestó con una frase elusiva.

 

“¡Cómo no, señor Presidente! Yo soy mexiquense”.

 

No aceptó ir de candidata por una razón simple: aspiraba a competir por la Presidencia de la República, pues tenía militancia suficiente para superar a Ernesto Cordero e imponerse a la línea de Los Pinos.

 

El resto es historia sumamente conocida: Vázquez Mota enfrentó las traiciones desde el poder, y no se diga desde la presidencia panista de Gustavo Madero, quien prefirió refugiarse en el Congreso en lugar de respaldarla.

 

Obvio, ella y el PAN cayeron al tercer lugar en las presidenciales de 2012.

 

Pronóstico: PAN y PRD no irán unidos

 

La historia le da una segunda oportunidad.

 

Y Josefina Vázquez Mota ya dijo sí.

 

Iría como candidata al Estado de México con condiciones.

 

La principal:

 

La alianza sellada del PRD y el PAN para asegurar la mayor suma de votos, y de esa manera enfrentar con éxito al abanderado del PRI.

 

Ella tendrá sus cuentas, pero el planteamiento lleva a una deducción elemental: con los votos panistas no ganaría la gubernatura a quien vaya con la decisión presidencial de Enrique Peña y la responsabilidad de hacerlo ganador por el gobernador Eruviel Ávila.

 

En consecuencia, las pláticas seguirán entre los jerarcas perredista Alejandra Barrales y el panista Ricardo Anaya.

 

Con no muchas posibilidades, adelanta esta columna.

 

Especulaciones por debilidad de Peña

 

Pocas veces se habían especulado tantos cambios y tantas veces en el gabinete nacional.

 

Para muchos es un deporte, tanto como para acreditar a este reportero la difusión en redes de un ajuste mayúsculo, pronóstico jamás lanzado y menos como copia vil de una nota del Sendero del Peje.

 

Pero no importa.

 

Yo no he dado ningún pronóstico –aquí desmiento tantas versiones dominicales–, pero sí hago una afirmación: es lamentable ver en esas especulaciones la debilidad del equipo de Enrique Peña Nieto.

 

Ayer, cuando hablaba de esto con un alto funcionario, sí surgieron algunas luces:

 

Mariano Palacios Alcocer deja el Vaticano y regresa a México para ser sustituido por Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía.

 

Otras modificaciones serán en el gabinete de seguridad, donde bailan nombres: salida de la procuradora Arely Gómez, llegada de Renato Sales y Manelich Castilla por Enrique Galindo como comisionado de la Policía Federal.

 

Eso se dice, pero el Presidente se reserva su derecho constitucional.