En el arranque de la cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático en Bonn (COP23) se destacaron la urgencia y la necesidad para articular el Acuerdo de París de 2015, a fin de poner freno al calentamiento global con un esfuerzo multinacional coordinado, especialmente en lo relativo a las contribuciones económicas y al cumplimiento de objetivos.

 

Justo en el arranque de la cumbre, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) alertó que es muy probable que 2017 vaya a ser uno de los tres años más cálidos jamás registrados, con numerosos episodios de efectos devastadores, como huracanes catastróficos, olas de calor y sequías.

 

“Ya no tenemos el lujo del tiempo. Debemos actuar ahora”, aseguró en la sesión inaugural de la cumbre la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC), la mexicana Patricia Espinosa.

 

A su juicio, es esencial que en este encuentro se fijen los compromisos financieros y de mitigación de los efectos del calentamiento global, y que se dote de un “manual de instrucciones” al Acuerdo de París.

 

En concreto, según han apuntado expertos y representantes nacionales, la reunión debe empezar a aclarar cómo se deben presentar los planes de reducción de emisiones de cada país para que sean transparentes y comparables, y de qué modo se deberán revisar al alza esos objetivos.

 

Espinosa destacó que “nunca antes ha habido tal grado de urgencia” y calificó los últimos desastres naturales, como la serie de huracanes en el Caribe, de “avance de lo que está por venir”.

 

El presidente de la COP23, el primer ministro de Fiyi, Frank Bainimarama, coincidió en la necesidad de elevar los objetivos para frenar el calentamiento global.

 

“Si no estamos a la altura del reto, fracasaremos”, advirtió el jefe de Gobierno de Fiyi, una isla-nación en el Pacífico Sur amenazada por la subida del nivel del mar.

 

 

 

con información de Agencias

*edición impresa 24 Horas

 

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