Por su aportación al urbanismo y la salud, el Consejo Universitario de la UNAM decidió nombrar como profesores eméritos a Estefanía Chávez Barragán, de la Facultad de Arquitectura, y a Juan Ramón de la Fuente Ramírez, de la Facultad de Medicina, respectivamente.

 

Además, nombró como investigadores eméritos a Hugh Michael Drummond Durey, del Instituto de Ecología, considerado el Padre de la Ecología Conductual en México; a Gisela von Wobeser Hoepfner, de Investigaciones Históricas, dedicada a la difusión de la historia virreinal y el periodo colonial, así como a Diego Valadés Ríos, de Investigaciones Jurídicas, cuya obra es referente del derecho constitucional y las reformas del Estado.

 

Sobre Chávez Barragán, la UNAM destacó que a lo largo de 56 años de docencia, la profesora ha impartido más de 100 cursos en licenciatura y posgrado en la UNAM y otras universidades del país y Latinoamérica; además de que se le reconoce como impulsora y fundadora de la Licenciatura en Urbanismo de la Facultad de Arquitectura.

 

En la investigación, abordó la planeación de la ciudad con aspectos ambientales y de sustentabilidad, y representó a México en los foros no gubernamentales Hábitat I, II y III. Fue también coautora del anteproyecto de la primera ley sobre asentamientos humanos en el país.

 

La primera mujer en obtener el grado de emérita en la facultad también ha sido impulsora de la inclusión del género femenino en las ciencias y humanidades.

 

Sobre Juan Ramón de la Fuente, la institución universitaria elogió su destacada labor en docencia, investigación y difusión dentro del campo de la psiquiatría, las adicciones y la salud mental.

 

Además, tiene una trayectoria de más de 35 años en la docencia, en los que ha impartido cursos y seminarios en México, España, EU y otros países; destacan los de psiquiatría y salud mental, medicina interna, el diplomado sobre marihuana y salud.

 

Sus aportaciones en la investigación han tenido un impacto internacional. Por ejemplo, su trabajo sobre el alcoholismo permitió la construcción de un instrumento universalmente válido para la oportuna identificación de este problema, que fue adoptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

De igual importancia son sus estudios acerca de protocolos para los cuidados paliativos que permitan una muerte digna, el uso racional de opioides, la regulación de sustancias psicoactivas como la cannabis y el impacto de la violencia en la salud mental, destacó la UNAM en un comunicado.

 

 

 

*edición impresa 24 Horas

 

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