CIUDAD DEL VATICANO.-Durante una reunión de 50 minutos, el obispo de Roma y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hablaron sobre la reforma migratoria en ese país, la “defensa de la vida y la objeción de conciencia” y la búsqueda de “soluciones negociadas” en las zonas en conflicto. Luego, Barack Obama invitó a Francisco a visitar la Casa Blanca para “conocer el jardín” dónde está la huerta orgánica de la que fueron tomadas las semillas que le llevó de obsequio.

 

Tras saludarse con un apretón de manos, Obama dijo sonriendo al pontífice “es maravilloso reunirme con usted. Es un gran honor, soy un gran admirador”, dijo Obama, a lo que el Papa respondió “bienvenido, señor presidente”. “La última vez que vine aquí, para reunirme con su predecesor, pude traer a mi mujer y mis hijas”, recordó el mandatario y le pidió a Jorge Bergoglio que rece por ellas que, dijo, le tienen que “aguantar”.

 

Más tarde, Jorge Bergoglio y Obama, junto con dos intérpretes, celebraron un encuentro en Biblioteca privada y mantuvieron un diálogo a puertas cerradas. Fuentes del Vaticano citadas por agencias internacionales afirmaron que la conversación se centró en temas como la justicia social, la lucha contra la pobreza y la marginalización, así como las crisis en Siria y Ucrania. También en los principales puntos de conflicto entre Obama y la Iglesia Católica en Estados Unidos: la reforma sanitaria y el debate sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

 

Al término de la audiencia, procedieron al tradicional intercambio de regalos, en un ambiente más distendido.Obama le entregó una caja de cuero con semillas de frutas y verduras de la huerta de la Casa Blanca. “Creo que esto son zanahorias”, dijo el presidente tomando una bolsa de la caja, construida con madera de la primera catedral que abrió sus puertas en Estados Unidos, en Baltimore. Parte de la cosecha, dijo Obama a Francisco, “es para obras de caridad en honor del Papa”. “Si tiene la oportunidad de venir a la Casa Blanca puede visitar el jardín”, sostuvo, a lo que el Papa respondió: “Cómo no”.

 

Como al resto de mandatarios, Jorge Bergoglio regaló a Obama su primera exhortación apostólica, “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio), publicada el pasado 26 de noviembre, y un medallón artístico que representa al “Ángel de la Paz”, como el mismo papa explicó a Obama. También le entregó a Obama una colección de monedas de su pontificado, que se cayeron cuando eran mostradas al presidente de Estados Unidos, lo que provocó la risa de ambos.

 

“Probablemente leeré esto en el Despacho Oval cuando esté profundamente frustrado. Estoy seguro de que me dará fuerza y me calmará”, dijo el mandatario estadunidense al recibirlo. “Eso espero”, respondió Francisco.

 

El propio Obama declaró posteriormente a la prensa que se sintió “muy conmovido por el mensaje de inclusión y de compasión del papa Francisco y profundamente emocionado por sus reflexiones sobre la importancia de contar con una perspectiva moral con la que afrontar los problemas mundiales sin pensar” en intereses personales.

 

Tras la audiencia con el papa, Obama mantuvo un encuentro con el número dos del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, y posteriormente acudió al palacio del Quirinale, sede de la Jefatura del Estado, para un almuerzo con el presidente de Italia, Giorgio Napolitano.