Como cada año, la calle de Donceles en el Centro Histórico se convirtió en una pasarela donde desfilaron políticos de todos los colores, intelectuales y otros colados a la fiesta del Segundo Informe de labores de Miguel Ángel Mancera en la capital del país.

 

Aunque los acarreados de diversas delegaciones hicieron barullo y quedaron afónicos por las porras dirigidas sus fieles políticos de izquierda, las banderas amarrillas del PRD brillaron por su ausencia.

 

Desde las siete de la mañana, la policía capitalina fijó un perímetro de seguridad para rodear la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Algunas calles aledañas fueron cerradas y sobre Donceles se instalaron vallas que contenían a los fervientes acarreados para evitar su paso a la entrada principal del recinto.

 

La fiesta de Mancera comenzó pasadas las nueve de la mañana cuando los primeros legisladores arribaron al recinto para fijar posicionamientos previos; pero las rechiflas, porras y demás arreciaron cuando aparecieron políticos conocidos por el “populacho”, como Cuauhtémoc Cárdenas, líder moral del PRD.

 

Otros perredistas, como el dirigente nacional, Jesús Zambrano, se hizo acompañar del probable sucesor en la presidencia del partido, Carlos Navarrete. Este último, como si fuera ya un líder partidista, pasó dando saludos y abrazos al público que, entre murmuros, preguntaba ¿quién es ese?

 

Antes, gobernadores de varios estados, dirigentes rojos, verdes, azules y otros colores también desfilaron por la alfombra de asfalto.

 

El desbarajuste llegó cuando Miguel Ángel Mancera bajó de su camioneta en Eje Central y camino por todo Donceles entre aplausos y cámaras que querían plasmar la imagen a dos años del gobierno capitalino.

 

A mitad del camino, se escuchó la orden de seguridad: “pónganse chingones, ahí viene Mancera”, y los policías capitalinos contuvieron a la prensa ansiosa de unas palabras previas.

 

Ya dentro del recinto, todo fue más ordenado, Mancera bajo las escalinatas junto al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quien evitó el desfile por Donceles y entró a la Asamblea por una puerta alejada, ya que regresaba de Baja California Sur donde revisó los daños del mal clima.

 

El discurso sin sorpresas, poco emotivo, pero por en el cual le aplaudieron al menos 26 veces, siendo la Línea 12 del Metro, salarios y la propuesta para regularizar a los empleados, las más ovacionadas.

 

Sin embargo, en los asientos de los invitados se reflejó el por qué Mancera no se ha registrado como perredista, pues en la ALDF se aglutinaron y convivieron políticos tanto del PRD como del PRI, PAN, PVEM, PT y otros.

 

Como si la edad pesara, en la primera fila sentó a los políticos más arraigados: Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y, aunque no es político, también el rector de la UNAM, José Narro. En otras tribunas estaban los perredistas, y en lugar privilegiado a lado izquierda de la tribuna estaban Emilio Gamboa; los líderes locales del PRI y PAN, Mauricio López y Mauricio Tabe, respectivamente, así como los 14 gobernadores invitados y Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

 

Más allá de sus logros, en su discurso político resaltó que la izquierda es responsable (pues fue electo bajo la bandera del PRD) con los ciudadanos, pero que también sabe hacer acuerdos con la derecha y el centro, “este Gobierno no necesita limitadas definiciones ideológicas, le basta con saberse socialmente comprometido con la mayoría y con total respeto a las minorías con vocación, con disposición”.