Hace unos meses, la periodista ucraniana Anastasia Melnichenko hizo público que había sido violada y comenzó una ola de denuncias que visibilizó por primera vez el problema de la violencia en el país, según recoge un artículo del diario español El País.

 

“Quiero que hoy en día nosotras, las mujeres, hablemos de la violencia que la mayoría hemos experimentado. Quiero que no nos disculpemos, la culpa siempre la tiene el agresor. No temo decirlo”, publicó la periodista en su página de Facebook.

 

Enseguida, centenares de mujeres ucranias y rusas siguieron su ejemplo y se lanzaron a compartir en las redes sociales sus propias historias de la violencia física o psicológica sufrida a manos de los hombres con el hashtag #NoTemoDecirlo.

 

A falta de un registro oficial, las estimaciones del Gobierno apuntan que cada día 36.000 rusas sufren malos tratos de sus cónyuges.Sin embargo, las autoridades calculan que las cifras son todavía mayores, ya que creen que sólo el 12% de los casos se denuncian.

 

Rusia no tiene una ley específica sobre violencia de género. Los casos que llegan a los tribunales se juzgan por violencia o actos agresivos en el ámbito familiar, pero sin el agravante de la desigualdad de género.

 

El país carece, a su vez, de juzgados especializados, normas que castiguen el abuso psicológico o la violencia económica. Sin embargo, las palizas u otros actos violentos que se producen en el seno de la familia se castigan con la pena de prisión y la sanción es la mayor prevista.

 

Números de evidencia

 

En Rusia más de 143 millones de habitantes, entre 12 mil y 14 mil mujeres mueren como consecuencia de la violencia de sus parejas, según un estudio de 2012 del Ministerio de Interior y del Consejo Presidencial del Desarrollo de la Sociedad Civil y los Derechos Humanos. Es el equivalente a una mujer cada 40 minutos.