Indignado es poco. Flavio Sosa montó en cólera cuando escuchó a Gabino Cué dirigir la mira hacia las organizaciones que apoyan al magisterio –a la Sección 22 de la CNTE en particular– en su lucha contra la reforma educativa.

 

Sí, insinuando abiertamente la posibilidad de que ellos –“grupos radicales”– fueran los responsables de la violencia y las muertes ocurridas el domingo en Nochixtlán.

 

El gobernador oaxaqueño ya había dicho algo por Twitter la noche de los eventos: “Grupos radicales y org. soc. adherentes al magisterio escalaron sus protestas afectando la paz pública, orden social y dinámica económica”.

 

Pero ayer, en conferencia de prensa y luego en el noticiero con Denise Maerker en Radio Fórmula, Cué fue más específico. Prácticamente deslindó a los maestros de los sucesos y apuntó el dedo flamígero a varias organizaciones:

 

El Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), el Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), COMUNA, el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codep) y el Frente Popular Revolucionario (FPR).

 

Sosa, ex dirigente de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006, quien pasó año y medio en un penal de alta seguridad acusado de sedición, robo, secuestro, pero declarado finalmente inocente– y creador de COMUNA, refutó:

 

“¡Es una declaración política perversa! Gabino sabe muy bien que en esa zona (Nochixtlán) la comunidad completa está apoyando al magisterio. Hace unos días los presidentes municipales sacaron un pronunciamiento respaldando a los maestros y llamando al diálogo”.

 

Según el activista, como el gobierno “ve que el movimiento no baja y ya no puede seguir metiendo maestros a la cárcel –llevan como 50, entonces van contra las organizaciones”. Deslizan: APPO…, Flavio Sosa,… Ohhh.

 

“¿Pedir diálogo es radical? ¡Es tenebroso, perverso, cuando hay muertos!”.

 

Afortunadamente, dice Flavio Sosa, hay muchísimas fotografías y videos de lo que ocurrió; ahí se ve a los federales disparando…. “¡Benditas redes sociales!”.

 

Sentarse con “delincuentes”.- -¿Qué tan diferente es este movimiento del de la APPO?, le pregunto.

 

-Es muy diferente, porque la movilización de 2006 se dio fundamentalmente en la ciudad (de Oaxaca, capital) y los Valles Centrales. Hoy en cambio, en todas las regiones hay respaldo a los maestros.

 

Otra gran diferencia –indica Sosa– es que ahora hay mucho menos participación de organizaciones. En 2006 participaron alrededor de 300 y hoy apenas son una docena. La movilización de ahora es más bien de la gente. Lo hacen de manera libre. No es un movimiento de organizaciones.

 

El problema que tiene ahora el gobierno es cómo sentarse a dialogar con los maestros, cuando han gastado millones de pesos en una campaña infame calificándolos de “delincuentes”.

 

Pero en el gobierno saben, remata Flavio Sosa, que su llamada reforma educativa “fracasó en Oaxaca”, aunque no se atrevan a reconocerlo públicamente; saben que los maestros tienen “un respaldo popular increíble” y que “las comunidades completas” están apoyando al magisterio.

 

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