Resulta lamentable que la Ciudad de México presente un incremento de incidentes involucrados con mascotas que atacan a personas o niños a causa del descuido o la imprudencia de sus dueños, pero es más lamentable aún que algunos de los casos de los que se ha tenido conocimiento hayan concluido en un desenlace trágico al involucrar la vida de las víctimas.

 

Estos hechos han detonado el debate en torno al cuidado debido y a la tutela responsable de cualquier animal que se encuentra bajo el resguardo de particulares, principalmente porque en sus propietarios debe prevalecer el deber ético y la obligación jurídica de respetar la vida y la integridad del mismo.

 

Bajo la premisa de garantizar la seguridad e integridad de quienes habitan la Ciudad de México, presenté una iniciativa enfocada a mantener un control sobre el manejo o tenencia de animales peligrosos o de riesgo, además de exhortar a las autoridades a brindar asesorías e información acerca de su correcto cuidado; y para aquéllos que pasen por alto la responsabilidad que involucra tener un animal de compañía, propuse reformar el Código Penal para el Distrito Federal a fin de agravar la pena en delitos cometidos por el manejo irresponsable de éstos.

 

No obstante, la ley también contempla los derechos de todas las especies, lo que nos ha obligado a legislar para garantizar que los cerca de 40 millones de hogares que tienen mascotas en la capital les brinden una vida digna y decorosa.

 

En tal virtud es que debe entenderse que las personas que tengan un perro de cualquier raza, y en general cualquier animal, deben hacerse responsables de cualquier hecho que realice éste en detrimento de la integridad física de otra persona, toda vez que la evidencia científica respalda que no hay animales potencialmente peligrosos, sino que éstos son el vivo reflejo de la atención, cuidado y tutela responsable de su dueño.

 

De acuerdo con especialistas, tanto nacionales como internacionales, resulta determinante acabar con la idea preconcebida de razas potencialmente peligrosas, debido a que los especialistas aseguran que la conducta agresiva del perro se debe, en mayor medida, a la conducta del dueño, así como a la falta de cuidados debidos y/o falta de tutela responsable.

 

Ante estas situaciones, los avances de esta Asamblea Legislativa en materia de protección a los animales son de reconocerse. La VI Legislatura aprobó reformas en materia penal a efecto de tipificar como conducta antijurídica el maltrato animal, sancionándola como un delito. Asimismo, aprobó la Ley para la Protección y Bienestar de los Animales para poder castigar a quien descuide o maltrate animales.

 

Esta VII Legislatura ha realizado diversas reformas a la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal, dentro de las cuales destaca la creación de la Agencia de Protección Animal y del Registro de Animales de Compañía de la Ciudad de México; no obstante, es necesario reforzar las medidas de control para garantizar la seguridad de los capitalinos y evitar hechos relacionados con la pérdida de vidas humanas.

 

Es así como podemos determinar que el derecho a poseer un animal de compañía, de mascota o de crianza implica diversas responsabilidades y obligaciones que desembocan en salvaguardar su integridad y la de los habitantes de esta Ciudad de México.

 

caem