Cuando una final de fútbol está empatada, hay tiempos extras. Si sigue empatada, se van a penales. La pelea electoral en el Estado de México parece estar empatada a dos –y en un día extraño, puede que hasta a tres–. Según la última encuesta de grupo Mitofsky, Delfina Gómez –MORENA– y Alfredo del Mazo –PRI-PVEM-NA-PES–, están empatados con 24.4 % y 23.6 % de las preferencias –por aquello del margen de error–, respectivamente. Josefina Vázquez Mota –PAN– ronda el 14.9 % y Juan Zepeda –PRD– alcanza un 13.6 %. Sea un empate a dos o a tres, se necesitará una tanda de penales.

 

Un tercer debate para el Estado de México es necesario desde la dimensión práctica –analogía futbolera– pero también desde la moral: la entidad más poblada del país vive la elección más competida de su historia moderna, por ende, la mayor cantidad de gente merece tener a su disposición la mayor cantidad de información para ejercer su voto. En términos democráticos, negarse a un tercer encuentro oficial organizado por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) es una alevosía cuando lo único que tiene buena parte de la población para opinar y defenderse, es su voto.

 

En 2015 escribí un texto titulado “La audiencia hace al debate”, en donde me pregunté: “Si un debate se lleva a cabo pero nadie lo ve, ¿existió ese debate?”. En esa misma tesitura, reitero: si no podemos garantizar aún una difusión más o menos generalizada de un par de debates, hagamos un tercero. El déficit de audiencia se puede cubrir por dos vías o la mezcla de ambas: aumentando el número de medios por los cuales se difunde, o bien, incrementar el número de encuentros. En este caso, si bien los canales de difusión pueden aumentar, ello implicaría concesiones y negociaciones electorales y mediáticas en una contienda por demás avanzada. Puede que sea realizable, pero una excusa real y de peso para no recurrir a la segunda no existe: se puede y se debe hacer un tercer debate para la gente.

 

Es fundamental hacer un llamado a los seis –o siete; al momento la candidatura de Isidro Pastor sigue en el limbo jurídico– equipos de campaña para que pacten entre sí, y con el IEEM, un tercero. El segundo será el martes 9 de mayo; habiendo realizado éste se cumplirán los dos encuentros obligatorios que estipula el Código Electoral del Estado de México en su artículo 73. Pero el calendario para el proceso 2017 de la misma institución fija la posibilidad de realizar debates oficiales entre el 3 de abril y el 31 de mayo. Así que días hay, y de sobra, pero ¿habrá voluntad?

 

La normalidad democrática, la creciente fragmentación electoral y el volátil ánimo social ya no hacen posible administrar una ventaja moderada vía la pasividad. En el pasado, este método era utilizado por el PRI; así que si Alfredo del Mazo liderara el pacto para realizar un tercer debate, mostraría un tricolor que se ha alejado de ideas hoy claramente obsoletas y antidemocráticas –cosa que hoy la gente no cree que haya sucedido–.

 

En fin, toca ver qué candidato tiene la mayor estatura política y respeto por la inteligencia de la gente. Hagamos de esta elección la más democrática en la historia de la entidad: los mexiquenses lo merecen y México lo necesita.

 

@AlonsoTamez

 

jram