KIEV. Envío de ayuda humanitaria Ucrania por parte de Moscú; ataque a un avión civil en aire de Ucrania; insurrección prorrusa; represalias comerciales; fotografías satelitales con las que se comprueba invasión rusa a Ucrania; declaraciones del ministro de Exteriores ruso confirmando que no invadirán a su vecino, entre otros temas, son varios, entre muchos escenarios que han ocurrido durante las últimas semanas.

 

 

Ayer, no podía ser la excepción. Por una parte, las tropas ucranianas entregaron a los separatistas prorrusos el aeropuerto internacional de Lugansk, en el este de Ucrania, tras mantener férreos combates por el recinto en las últimas horas. Al mismo tiempo, prorrusos y miembros del gobierno de Kiev se reunieron para reactivar el plan de ruta hacia una solución del conflicto.

 

“Los militares ucranianos en el frente de Lugansk recibieron la orden y se replegaron ordenadamente desde el aeropuerto “Lugansk” y la localidad de Gueórguievka”, reconoció en rueda de prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania (CSND), Andréi Lisenko.

 

 

Poco antes, el centro de prensa de la operación antiterrorista ucraniana denunció que los paracaidistas emplazados en el aeropuerto estaban luchando contra unidades de blindados rusas.

 

 

 

En efecto, continuaron los enfrentamientos pero también se abrió un resquicio para la paz. Representantes del Gobierno de Kiev y los separatistas prorrusos se reencontraron en Minsk con mediación de la OSCE y Rusia, a pesar de mantener posturas aparentemente irreconciliables.

 

 

Tras cuatro horas de reunión, el viceprimer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, Andréi Purguín, al frente de la delegación de los rebeldes, aseguró en rueda de prensa que las partes volverán a reunirse el próximo viernes con la vista puesta en un alto el fuego y el intercambio de prisioneros.

 

 

“Discutiremos etapas y pasos posibles para el alto el fuego y trataremos la posibilidad de un intercambio de prisioneros (en el formato) de ‘todos por todos'”, dijo el líder separatista al concluir la reunión.

 

 

En un tono conciliador, aun tras reconocer que las posturas expuestas por los dos bandos enfrentados en el este de Ucrania “son por supuesto distintas”, Purguín se centró en las posibilidades de encontrar “puntos comunes susceptibles de ser negociados” en lugar de resaltar las diferencias que parecen insalvables.

 

 

Instantes antes de la reunión, los separatistas hicieron público el documento que luego entregaron al representante del Gobierno de Kiev, el expresidente ucraniano Leonid Kuchma, con sus exigencias a las autoridades ucranianas.

 

 

Los rebeldes, alentados por el éxito de la amplia contraofensiva lanzada hace una semana contra las tropas ucranianas, exigen a Ucrania “un estatus especial”, que no la independencia, para las regiones de Donetsk y Lugansk, sublevadas contra Kiev a mediados del pasado mes de abril. Desean poder hablar ruso y tener la libertad de firmar acuerdos comerciales sin la opinión de Kiev.