ANKARA. Horas después de que el piloto que sobrevivió al derribamiento de un bombardero ruso Su-24 por parte de un caza turco aseguró que su nave no había violado en ningún momento el espacio aéreo de Turquía y que ni él ni su compañero de vuelo habían recibido advertencia alguna del Ejército turco, las fuerzas de seguridad de Turquía hicieron públicas una serie de grabaciones para refutar las declaraciones del militar ruso.

 

En las grabaciones, una voz dice y repite varias veces en inglés: “Esta es la Fuerza Aérea Turca. Usted se está aproximando al espacio aéreo turco. Cambie su dirección y diríjase al sur de inmediato”. Turquía insiste en que los tripulantes del Su-24 derribado recibieron diez advertencias en un lapso de cinco minutos. Este suceso pone en peligro los vínculos de dos actores importantes de la guerra en Siria y atiza el temor a que el conflicto se intensifique.

 

El gobierno turco ha intentado calmar las aguas diplomáticas, revueltas después de que dos cazas turcos F-16 derribasen al bombardero ruso en la frontera turco-siria, supuestamente mientras violaba el espacio aéreo turco. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, enfatizó que no hay intención de provocar una escalada de tensiones con Rusia. Únicamente se trataba de defender el territorio contra violaciones recurrentes de la soberanía turca, señaló Erdogan.

 

Misiles antieaereos

 

Rusia le echó toda la culpa a Turquía por el derribo de su bombardero Su-24 anunció que desplegará en su base aérea en la provincia de Latakia, a apenas 30 kilómetros de la frontera turca, un sistema de misiles antiaéreos S-400, capaces de derribar objetivos aéreos a una distancia de 250 kilómetros. “Advertimos de que todos los objetivos que representen para nosotros una amenaza potencial serán destruidos”, comunicó el Estado Mayor del Ejército ruso.