México enfrenta una terrible epidemia de diabetes y obesidad y ya se anuncia otro “tsunami”, cuyos efectos serán tan devastadores como el primero: el Alzheimer.

 

De acuerdo con diversas fuentes, en 2012 México vivía una auténtica catástrofe sanitaria, en buena parte producto de la aplicación de obsoletos modelos de atención, prevención y control. Había entonces casi siete millones de personas diagnosticadas con diabetes, y otros 6 millones más la padecían sin saberlo.

 

Por otro lado, la prevalencia de la enfermedad mostraba desde 1988 una tendencia en aumento de 4.7%, “pasando de una tasa de morbilidad de 342.1 a 358.2 casos por cada 100 mil habitantes”. Además, se ha documentado que aproximadamente 75% de los enfermos no tiene un buen control metabólico de su padecimiento, por lo que está en grave riesgo de desarrollar complicaciones.

 

Actualmente, esta enfermedad crónica-degenerativa, incapacitante, y mortal si no se detecta y controla a tiempo, afecta a cinco de cada 100 personas en el país. Para 2020 se estima que habrá en el país 20.1 millones de personas con diabetes.

 

Los obsoletos esquemas han agravado el estado de vulnerabilidad al que están expuestos millones de mexicanos y mexicanas de prácticamente todas las edades, debido a las condiciones económicas, sociales, culturales y hasta genéticas del entorno nacional, y que hoy día representan cuantiosas pérdidas en vidas humanas, traumáticas experiencias para las familias e impactos negativos en la economía, la productividad y el empleo del país, la población y las empresas.

 

Ante ese panorama, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT) convocó en 2013 a una red multidisciplinaria de investigadores, especialistas y expertos, quienes elaboraron un proyecto estratégico, basado en evidencias y conocimientos de ciencia, tecnología e innovación (CTI), básicos y de frontera, que de implementarse articularía los conocimientos y tecnologías existentes para ahorrar importantes recursos al país y creó el Proyecto Estratégico para la Prevención, Detección y Control de la Obesidad y de la Diabetes Tipo 2 (ProEs-DMT2), que se alinea por completo con la Cruzada Nacional contra la Diabetes, puesta en marcha en diciembre pasado por el gobierno federal, la información se puede consultar en: www.foroconsultivo.org.mx

 

El ProEs-DMT2 plantea la aplicación de “esquemas de vanguardia competitiva y de impacto directo a nivel nacional e internacional, que aproveche la infraestructura de ciencia y tecnología en todo el país, y que contribuya a la formación de científicos y tecnólogos para enfrentar con éxito, seguridad y calidad este problema de salud. El costo de la obesidad en México ha sido estimado en 67 mil millones de pesos de 2008 y se calcula que para 2017 fluctúe entre 151 mil millones y 202 mil millones en pesos de 2008. De no actuar de inmediato, el costo que pagará la sociedad en las siguientes tres décadas será mucho mayor a la inversión requerida para implementar estas acciones”. Las prioridades planteadas en el ProEs-DMT2 son:

 

1. Aplicar en el corto plazo la detección temprana de la enfermedad en sectores cada vez más amplios de la sociedad.

 

2. Frenar de inmediato la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 (DMT2).

 

3. Reducir en el mediano plazo el número de nuevos casos, a través de acciones preventivas, cambios culturales, de conducta y hábitos alimenticios.

4. Establecer en el largo aliento un proceso para la generación de políticas públicas e integrales contra ésta y otras enfermedades emergentes.

 

5. Crear valor económico y social a través de la CTI, considerando que hacia 2017 los tratamientos de obesidad y sobrepeso asociados a la DMT2 representarían un costo de 100 mil millones de pesos, y que invertir ahora mismo 100 millones de pesos con este esquema ahorraría al gasto público al menos 1,000 millones (es decir, 10 veces la inversión inicial).

 

Respecto del tsunami que viene, el Alzheimer, ya desde inicios del presente milenio, el doctor Ricardo Tapia había señalado la urgencia de apoyar con total decisión las investigaciones científicas en células troncales. Hoy día, Tapia continúa su lucha contra el Alzheimer y otras enfermedades crónico-degenerativas, al insistir en mayores recursos para la investigación con células madre, pues ahí se halla la posibilidad de obtener células nuevas, a partir de las troncales, para reemplazar las que mueren en el proceso de la enfermedad, principalmente, las que se ubican en la corteza cerebral y donde convergen la mayoría de los circuitos neuronales, responsables de la memoria. Los estudios y experimentos son promisorios, sin embrago, la inversión todavía es insuficiente.

 

Lo que se sabe del Alzheimer es aún muy poco. Es una enfermedad neuronal, crónica y degenerativa (como la diabetes) que ataca principalmente a los adultos mayores; es decir, a mayor edad, mayor es el riesgo de padecerla. En sus fases terminales, lleva a la demencia total y a la muerte. La prevalencia de esta enfermedad se sitúa por debajo de 2% de los casos en el grupo etario entre 65 y 69 años de edad; mientras que en el grupo de pacientes entre 80 a 84 años de edad, llega a alcanzar entre 10% y 17%. Es decir, se duplica a razón de cada lustro.

 

La Organización Mundial de la Salud estima que para el 2050 habrá 113 millones de pacientes de esta enfermedad en el mundo. En México se estima en poco más de medio millón de ancianos y ancianas que lo padecen, pero esta cifra podría aumentar sustancialmente, debido a la creciente expectativa de vida, al envejecimiento de la población y a un esquema de atención y control desfasado, similar al aplicado para la diabetes hasta este año.