DESDE WASHINGTON

Presionado por grupos antiinmigrante preocupados por la posible negociación de la Casa Blanca con demócratas para salvar a más de 800 mil dreamers de la deportación, el Presidente Donald Trump redobló esfuerzos para cumplir una de sus principales promesas de campaña: el muro con México.

 

Por instrucción presidencial, el Departamento de Seguridad Interna aceleró los preparativos para la construcción del muro en la frontera con México, la compra de más sofisticado equipo y aumentar a 25 mil el número de agentes de la Patrulla Fronteriza.

 

A pesar de la oposición de congresistas republicanos y demócratas, de organizaciones pro inmigrante y de un reciente estudio ordenado por el Congreso al Departamento de Seguridad Interna que asegura que “el cruce ilegal a Estados Unidos es ya prácticamente imposible”, Trump quiere cumplir esa promesa al ala más radical de simpatizantes.

 

De acuerdo al reporte, 85% de indocumentados que trató de reingresar hace 4 años, se desplomó a sólo 35%; mientras que 75% de indocumentados se da por vencido y hasta 75% permanece en México o regresa a sus lugares de origen.

 

“Uno de los elementos que permite ver el grado de dificultad que significa el cruce indocumentado a México, es el incremento de las tarifas de los polleros, que de entre 350 y 700 dólares se disparó a más de 4 mil dólares” asegura Adam Isaacson, experto en Seguridad Fronteriza de la Oficina de Washington para America Latina (WOLA).

 

Del total de 615 mil indocumentados capturados en 2006, la cifra bajó a sólo 106 mil, en 2016, que equivalen a un 83%, dice el Reporte de Seguridad Interna, citando que de 20 arrestos diarios por agente el año pasado, ahora transcurren semanas sin una detención.

 

Pero eso no detiene a Trump quien está dispuesto a ignorar todo tipo de recomendaciones de activistas de derechos humanos, expertos en medio ambiente, legisladores o analistas internacionales, que advierten que el costo de hasta 25 mil millones de dólares, no es necesario.

 

A solicitud de Trump, el Congreso autorizó sólo 20 millones de dólares para la construcción de prototipos de muro, de cerca de 2 mil 600 millones de dólares que espera recibir y de los que canalizaría inicialmente mil 500 millones de dólares para la construcción del muro.

 

Xavier Rodríguez

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Eso le permitió otorgar contratos de 300 mil a 500 mil dólares, a 4 de las 200 constructoras que concursaron para hacer un muro sólido: KWR Construcción de Sierra Vista, de Arizona, del Hispano Arturo Rivas; Caddell Construction, de Montgomery Alabama; ELTA North America, de Annapolis; MD y WG Yates & Sons, de Filadelfia, Mississippi, desarrollan prototipos del muro, con bases de concreto y con resistentes varillas de acero, que alcanzaría una altura de entre 6 y 14 metros de altura, que haga más difícil el cruce de indocumentados y narcotraficantes.

 

Trump asegura que el muro a lo largo de 3 mil 900 kilómetros de frontera de Estado Unidos con México “será hermoso” y podría contar con paneles de energía solar, pero no se sabe si las empresas han incorporado ese elemento.

 

Los prototipos se levantan en la frontera San Diego-Tijuana, donde el ex congresista Duncan Hunter promovió la construcción de una docena de modelos que incluyeron mallas triples y cóncavas y que nunca fueron aprobadas.

 

Las empresas constructoras han manifestado preocupación porque esperan además de la renuncia de trabajadores “objetores de consciencia” actitudes hostiles de mexicanos en la frontera y ciudadanos de Estados Unidos que se oponen a la construcción que, en otras ocasiones, dicen, los han atacado con piedras, mientras levantan el muro, que en zonas inhóspitas, deberá abrir campamentos para trabajadores que solo podrán ser transportados en helicóptero, igual que los materiales.

 

Por las condiciones del terreno, zonas aisladas y otros elementos se estima que el costo total podría fluctuar entre los 20 y 25 mil millones de dólares, que, de acuerdo a expertos y legisladores, aumentarían el déficit fiscal y generarán problemas en la negociación del presupuesto y la realización de la agenda de Donald Trump.

 

Construyen prototipos, falta dinero para obra final

SAN DIEGO.- La construcción de ocho prototipos del nuevo muro entre México y EU que desea levantar Donald Trump comenzó ayer en el área de Otay Mesa, en California, informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EU.

 

Sin embargo, la construcción, una de las principales promesas electorales del Presidente, carece de los fondos para su construcción, pues el Congreso no los ha aprobado, por lo que Trump llegó a amenazar con provocar un cierre parcial del Gobierno si los demócratas se niegan a incluir en el presupuesto los fondos para levantarlo.

 

La zona en la que se erigirán los prototipos está muy vigilada por fuerzas del orden, que cuentan con un plan de contingencia en caso de que se registren manifestaciones en el lugar de construcción de este polémico proyecto.

 

Las seis compañías seleccionadas en el proceso de licitación, que construirán cuatro prototipos de cemento y otros cuatro de otros materiales, tendrán 30 días para levantar sus modelos de muro.

 

Los modelos tendrán entre 5.5 y 9.1 metros de altura y están diseñados para “disuadir el cruce de indocumentados” en el área y cumplir así con los requisitos establecidos por la Patrulla Fronteriza, detallaron las autoridades en un comunicado.

 

“Estamos comprometidos con proteger nuestra frontera y eso incluye la construcción de muros fronterizos”, señaló en un comunicado Ronald Vitiello, comisionado interino de CBP, quien agregó que la estrategia de seguridad fronteriza incluye barreras físicas, infraestructura, tecnología y personal.

 

Los prototipos se construirán uno al lado del otro en un terreno situado a escasos metros de la actual barda que divide Otay Mesa (California) y Tijuana (México).

 

En el lugar de las obras, cuya entrada colinda con el cruce de camiones que ingresan a Estados Unidos desde México, ya llegaron desde ayer decenas de vehículos pesados con equipo de construcción que pasaron un filtro de seguridad antes de ingresar al área de acceso restringido.

 

En las calles cercanas se han colocado letreros que prohíben a vehículos estacionarse hasta el próximo 10 de noviembre, mientras la oficina del Alguacil del Condado cuenta con un plan de prevención en caso de que se registren protestas masivas.

 

“Es una pantomima política”, dijo Christian Ramírez, director de la Coalición de Comunidades Fronterizas, al calificar de “exagerada” la respuesta de autoridades locales.

 

Aseguró que ninguna de las 50 asociaciones civiles que conforman el Consorcio de Derechos de Inmigrantes de San Diego ni cerca de 60 grupos que integran una red de organizaciones en la franja fronteriza, han considerado realizar protestas.

 

Matizó que enfocarán sus esfuerzos en luchar para que el Congreso no apruebe el presupuesto necesario para la construcción del muro.

 

con información de Agencias

 

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