Incluye importantes recortes de impuestos para las empresas y reducción de tramos para los trabajadores, no se ofreció detalles sobre cómo será compensada la notable pérdida de ingresos más allá de que se pagará “por sí sola” con el crecimiento económico.

 

“Esperamos que billones de dólares en el extranjero regresen y sean reinvertidos aquí en EU por bienes de capital y creación de empleo”, precisó el secretario del Tesoro estadounidense, Steve Mnuchin al anunciar la reforma que a su juicio podría conseguir un crecimiento del PIB de 3% anual o más, lo que supondría casi el doble de la tasa registrada durante el Gobierno del predecesor de Trump, Barack Obama.

 

Curiosamente, el Presidente, que calificó esta reforma como uno los elementos estrella su primer año de mandato, no compareció para revelar la propuesta.

 

Los republicanos critican que el plan puede contribuir a elevar la abultada deuda federal ante la ausencia de elementos para equilibrar la cuentas públicas, mientras que los demócratas atacan las concesiones impositivas a las rentas más altas.

 

Según las primera estimaciones, el plan supondría que el Gobierno federal dejaría de ingresar 2 billones de dólares a lo largo de 10 años.

 

aarl