Ayer domingo se celebraron en México importantes manifestaciones de repudio a las políticas públicas que ha comenzado a implementar el nuevo gobierno de Estados Unidos, en franca y abierta hostilidad para nuestra nación y para aquellos mexicanos que desde hace muchos años radican en la unión americana.

 

 
La organización demostrada en las dos marchas, que confluyeron en unidad ante el emblemático Ángel de la Independencia, nos indica que estamos en la hora de los ciudadanos, quienes pueden y deben construir con las autoridades, las propuestas de transformación política, económica y social, que permitan a la nación enfrentar cualquier desafío.

 

 
Me congratulo por estas manifestaciones y aplaudo la valiente y decidida intervención de miles de ciudadanos que salieron a las calles de la Ciudad de México y en 15 estados de la República, porque más allá de nuestras naturales diferencias, tenemos claras agresiones, como las últimas redadas y deportaciones que ocurren sin respeto de los derechos humanos.

 

 
Es la inminente construcción del muro que representa una afrenta a la dignidad de los mexicanos, a la cual nos oponernos con firmeza y valentía, porque no generará ningún beneficio a México ni al país vecino, y sólo producirá división y encono, además de daños ambientales, económicos y comerciales.

 

 
México, está claro, no pagará el muro en la frontera norte, pero el Gobierno y los ciudadanos debemos promover puentes de entendimiento y buena vecindad, con todos aquellos que al atravesar el río comparten nuestra inconformidad.

 

 
Los diputados de México reforzaremos la diplomacia parlamentaria. Estoy convencido de que su rol puede jugar papel un importante, porque a través de las relaciones con otros Congresos se abren horizontes de desarrollo basados en objetivos económicos, políticos y culturales.

 

 
Por esto, buscamos acercamientos con los congresistas norteamericanos y queremos adelantar el encuentro interparlamentario entre ambas naciones. La última reunión fue en 2013, y hoy es urgente y pertinente, buscar esos contactos y explorar la posibilidad de, durante el primer trimestre de este año, sostener una reunión bilateral.

 

 
De igual forma será necesario diversificar nuestras relaciones en el orbe, un ejemplo de ello será la reunión interparlamentaria México-Cuba que celebraremos los congresistas el próximo fin de semana en la ciudad de Mérida, donde tenemos la expectativa de importantes pronunciamientos de solidaridad y amistad, mismas que han caracterizado por muchos años, la hermandad entre nuestros pueblos.

 

 
*Presidente de la Cámara de Diputados.